Edición Especial
Marzo, 2025
Vol. 1, No. 5, 81-93
https://doi.org/10.53877/rc1.5-573
Revista multidisciplinaria
e-ISSN: 2602-8247
www.retosdelacienciaec.com
LA EVALUACIÓN FORMATIVA COMO ESTRATEGIA DE
APRENDIZAJE EN EL ÁMBITO ESCOLAR
FORMATIVE ASSESSMENT AS A LEARNING STRATEGY
IN THE SCHOOL ENVIRONMENT
Diana Gabriela Andrade Aguilar
1
Elena Soledad Maldonado Carrera
2
Gloria Ximena Cadena Caspi
3
Verónica Trinidad Morales Pinenla
4
Nelly del Carmen Cabezas Toapanta
5
Recibido: 2024-10-07 / Revisado: 2024-12-07 / Aceptado: 2025-01-15 / Publicado: 2025-03-15
RESUMEN
Esta investigación se centra en la evaluación formativa como estrategia de aprendizaje en el
ámbito escolar. Para ello, parte del concepto general de evaluación y describe sus principales
tipos: diagnóstica, sumativa y formativa, estableciendo sus características y fines en el campo
educativo. Al enfocarse específicamente en la evaluación formativa, el estudio identifica sus
aspectos clave y el rol que desempeña en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se
destaca su función de informar sobre el avance, nivel y desempeño del alumnado en relación
con los objetivos y estándares educativos establecidos. Además, se subraya la importancia
de herramientas como las rúbricas y la autoevaluación, las cuales orientan y guían el proceso
educativo dentro de este enfoque. Asimismo, se reconoce el papel de la tecnología en la
implementación de la evaluación formativa, especialmente en lo que respecta al tiempo, la
forma y el nivel de detalle de la retroalimentación. Estos elementos, fundamentales para
proporcionar una retroalimentación de calidad centrada en el estudiante, también sirven como
referencia para la integración de plataformas, aplicaciones y herramientas tecnológicas en el
ámbito educativo. Desde un enfoque teórico, esta investigación busca contribuir al debate y
la comprensión de la evaluación formativa en la educación. Para ello, se apoya en procesos
hermenéuticos, sistémicos y deductivos, analizando ideas, teorías y perspectivas derivadas
de una revisión bibliográfica y documental.
1
Magister en Educación Mención Gestión del Aprendizaje Mediado por TIC. Escuela Ricardo Ortiz Terán
Ecuador. dianag.andrade@educacion.gob.ec / https://orcid.org/0009-0008-3072-5973
2
Magíster en Educación Mención Gestión del Aprendizaje Mediado por TIC. Escuela de Educación Básica Azuay.
Ecuador. carreramal1234@gmail.com / https://orcid.org/0009-0008-8900-1187
3
Magister en Ciencias de la Educación. Unidad Educativa Cardenal de la Torre. Ecuador.
gloriax.cadena@educacion.gob.ec / https://orcid.org/0009-0002-6038-1370
4
Magister en Educación. Escuela de Educación Básica Azuay. Ecuador. vmoralespinenla@gmail.com /
https://orcid.org/0009-0002-9569-5396
5
Magister en Ciencias de la Educación. Rectora del Centro de Educación Inicial Luz Elisa Borja. Ecuador.
nelycarm.2010@hotmail.es / https://orcid.org/0009-0001-0029-5000
Forma sugerida de citar: Andrade-Aguilar, D. G., Maldonado-Carrera, E. S., Cadena-Caspi, G. X., Morales-Pinenla,
V. T. y Cabezas-Toapanta, N. C. (2025). La evaluación formativa como estrategia de aprendizaje en el ámbito
escolar. Revista Científica Retos de la Ciencia. 1(5). Ed. Esp. 81-93. https://doi.org/10.53877/rc1.5-573
La evaluación formativa como estrategia de aprendizaje en el ámbito escolar
Revista Científica Retos de la Ciencia. 1(5). Ed. Esp. 81-93.
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Palabras clave: formativa, aprendizaje, retroalimentación, tecnología.
ABSTRACT
This research focuses on formative assessment as a learning strategy in the school
environment. For this, the study begins with the general concept of assessment and describes
its main types: diagnostic, summative, and formative, establishing their characteristics and
purposes in the educational field. By focusing on formative assessment, the study identifies
its key aspects and the role it plays in the teaching and learning processes. Its role in providing
information on students' progress, level, and performance regarding established objectives
and standards is highlighted. Furthermore, the importance of tools such as rubrics and self-
assessment is emphasized. These tools guide and support the educational process within this
approach. Likewise, the role of technology in the implementation of formative assessment is
acknowledged, especially regarding the timing, format, and level of detail of feedback. These
elements are essential to provide student-centered quality feedback and serve as a reference
for the integration of platforms, applications, and technological tools in the educational field.
From a theoretical perspective, this research aims to contribute to the debate and
understanding of formative assessment in education. To achieve this our research is based
on hermeneutic, systemic, and deductive processes, analyzing ideas, theories, and
perspectives from a bibliographic and documentary review.
Keywords: formative assessment, learning, feedback, technology.
INTRODUCCIÓN
La educación se erige como parte indispensable de la sociedad y su desarrollo se lo debe a
los procesos de enseñanza y aprendizaje que componen la formación y educación de
personas, tanto en valores, conocimientos y habilidades de toda índole; estas en conjunto
facilitan la construcción de los aprendizaje y su aplicación en la consecución de objetivos,
metas, desarrollo, solución de problemas e innovación social; por ende es imperativo
comprender este fenómeno y como se desarrolla en diferentes contextos y como interactúan
sus componentes en la guía hacia el aprendizaje.
En este sentido resulta imperativo comprender ciertos aspectos que componen la
formación educativa, debido a la influencia que dichos aspectos representan en la formación
académica del ser humano. Uno de ellos que posee un valor e influencia en la forma en como
los estudiantes se relacionan don la educación y se comprometen con su desarrollo cognitivo
es la evaluación.
A través de la historia de la educación, la evaluación ha pasado por múltiples cambios
de enfoque, que han permitido pasar de una herramienta de medición cuantitativa e incluso
en algunas ocasiones como un medio punitivo o castigo, tal como plantea Hernández-
Nodarse (2016) quien argumenta que los docentes han usado la avaluación educativa como
un medio para atemorizar a los estudiantes, alejándola de manera crítica del fin para el cual
esta herramienta ha sido diseñada. Hasta llegar a una evaluación por y para los estudiantes,
que abarca las competencias, habilidad y nivel de dominio de los conocimientos.
De igual forma, se resalta que la mala implementación pedagógica de la evaluación ha
impulsado un cambiado y se ha convertido en un recurso de vital importancia con el cual no
solo se califica el rendimiento académico en la ejecución de lecciones o pruebas, sino como
un medio para identificar áreas de mejora con lo cual el docente podrá ajustar su enseñanza
en pro del alumnado y sus capacidades y habilidades.
De igual forma, estos cambios en el objetivo, importancia y estructura de la evaluación
surgen como el resultado de la transformación educativa, es decir, el cambio en la forma en
como la educación era concebida de manera tradicional, en este caso la educación misma
que era usada como un medio para controlar y regular la conducta y comportamiento áulico;
dejando en segundo plano la verdadera razón por la cual las pruebas o evaluaciones fueron
diseñadas en la educación la cual sería como una herramienta mediante la cual los docentes
pueden implementar y tomar decisiones pedagógicas con la finalidad de mejorar la
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comprensión y el aprendizaje del alumnado.
En este sentido, el presente estudio pretender aportar al debate respecto de la
evaluación, partiendo desde su conceptualización y definición, los tipos de evaluación y sus
principales características; y con un énfasis en la evaluación formativa, de la cual ataña la
investigación, pues mediante una revisión documental y bibliográfica se evidencia que esta
forma de evaluar presenta una serie de beneficios que contribuyen al desarrollo académico
del alumnado.
DESARROLLO
1. Definición y características de la evaluación formativa.
Para comprender de una mejor manera lo que refiere la evaluación en el contexto educativo
Monzó-Arévalo (2006) argumenta que si bien el termino evaluar está relacionado con calificar,
medir, examinar y corregir; todo aquello relacionado con el desarrollo educativo de los
alumnos, por ende considera el aspecto cognitivo, psicomotor e incluso el afectivo; en este
sentido se subraya que si bien el evaluar posea varias aristas en el ámbito educativo su
implementación deberá ser pensada y estructura en base a las necesidades o fines que el
docente considere necesario.
Por su parte, Cabrerizo-Diago (2002) plantea que la evaluación educativa comprende
un enfoque sistémico por el cual los docentes buscan regular, mejorar y fortalecer los
aprendizajes de los estudiantes en base al desarrollo y dominio de competencias básicas o
generales de acuerdo al nivel o grado en el cual unos estudiantes cursan; de igual forma
permite regular los procesos educativos.
En este sentido, Castillo-Arredondo y Cabrerizo-Diago (2009) argumenta que la
evaluación no solo atañe a una parte o momento del aprendizaje, sino que esta debe ser
entendida como una constante en la enseñanza y aprendizaje; y que se extiende durante
todo el proceso educativo; de igual forma se debe considerar que no solo depende del grado
de preparación del alumno sino de la forma en como el docente presenta la evaluación.
Se debe recalcar que al hablar de evaluación educativa es indispensable comprender
que son dos entes los que interactúan con durante la implementación de esta herramienta
educativa, refiriéndose por un lado el docente o evaluador, quien es el profesional en un
campo del conocimiento y educativo quien estructura, orienta e implementa la evaluación;
Stake (2006) argumenta que un buen evaluador es capaz de establecer objetivos claros así
como de diseñar y estructura la evaluación en base a estándares idóneos y pensados en la
totalidad del alumnado, para ello es indispensables considerar la diversidad áulica.
Por otro lado se encuentran los evaluados que refieren a los estudiantes, estos son
aquellos en quienes se debe pensar al momento de estructurar o diseñar una evaluación, por
ende, no solo debe estar centrada en obtener o en medir si un alumno es capaz de responder
preguntas de manera correcta – evaluar no solo es una prueba o examen con fines
calificativos sino que corresponde a un proceso por el cual los estudiantes pueden demostrar
sus concomimiento y habilidades – y otorgar una calificación por cada respuesta, la verdadera
evaluación permite identificar el nivel de dominio de los temas, problemas de aprendizaje o
comprensión de los contenidos, corregir y sobre todo apoyar el aprendizaje del alumno.
En el orden de estas ideas y en relación con la evaluación indistinta – que lo único que
busca es medir el rendimiento académico mediante un cuestionario –, la medición
corresponde a una parte de la evaluación en la cual se establecen valores numéricos que
facilitan la interpretación del nivel de conocimiento y dominio de habilidades por parte de los
estudiantes. Las mediciones no reflejan realmente los aprendizajes del alumnado, en especial
si el instrumento evaluativo no considera las diferencias y es aplicada de manera uniforme y
homogénea.
Otro aspecto a destacar corresponde a lo planteado por Monzó-Arévalo (2006), quien
resalta indispensable que los objetivos y las maneras en que la evaluación se desarrollará
sea presentada de forma clara al alumnado, esto facilitará su comprensión y motivos por los
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cuales se decide evaluar, de igual manera permite a los estudiantes comprender de manera
clara que es lo que se espera de ellos durante el desarrollo de este proceso o actividad.
En este sentido, la evaluación debe ser comprendida como una forma o medio por el
cual los docentes pueden potenciar la formación académica, facilitando el desarrollo del
aprendizaje, permitiendo que los alumnos puedan demostrar sus conocimientos, poner en
práctica sus habilidades y sobre todo generar ideas y pensamientos propios emanados del
razonamiento y meditación. Por este motivo, es preciso alejar la sombra del castigo, de esta
herramienta educativa tan importante y valiosa para la formación estudiantil.
1.1. Tipos de Evaluación
La evaluación educativa cumple un papel fundamental en la medición y orientación de los
procesos de enseñanza y aprendizaje. Su aplicación permite a los docentes obtener
información relevante sobre el rendimiento académico del alumnado, lo que facilita la toma
de decisiones pedagógicas y la implementación de estrategias de mejora. A través de la
evaluación, es posible identificar tanto los logros alcanzados como las dificultades que
puedan estar interfiriendo en el aprendizaje, considerando aspectos como el dominio de
conocimientos, el desarrollo de habilidades y la capacidad de aplicar lo aprendido en distintos
contextos. Además, la evaluación no solo beneficia al profesorado, sino que también brinda
a los estudiantes una oportunidad para reflexionar sobre su propio progreso, promoviendo la
autorregulación y la metacognición.
En este sentido, es importante señalar que no existe un único enfoque para evaluar, ya
que su aplicación varía en función de los requerimientos, necesidades y objetivos educativos
establecidos. La evaluación debe diseñarse de manera flexible y adaptativa para responder
a las características específicas del contexto y del alumnado. Algunos factores que influyen
en la elección del tipo de evaluación incluyen el nivel educativo, la naturaleza de la materia
impartida y las competencias que se buscan desarrollar. Asimismo, la forma en que se lleva
a cabo la evaluación puede incidir en la motivación y el compromiso de los estudiantes, de
ahí la importancia de seleccionar estrategias adecuadas que fomenten el aprendizaje
significativo.
Por lo tanto, resulta pertinente realizar una revisión de los principales tipos de evaluación
educativa que pueden ser implementados durante la formación académica. Entre ellos, se
encuentran la evaluación diagnóstica, que permite conocer el nivel de conocimientos previos
de los estudiantes; la evaluación formativa, enfocada en monitorear el aprendizaje a lo largo
del proceso para ofrecer retroalimentación constante; y la evaluación sumativa, cuyo
propósito es medir los resultados obtenidos al finalizar un periodo de instrucción. Cada uno
de estos enfoques cumple una función específica dentro del proceso educativo y, en conjunto,
contribuyen a mejorar la calidad del aprendizaje y la enseñanza.
a. Evaluación diagnostica
Este tipo de evaluación esta direccionada a determinar y describir el comportamiento
educativo del alumnado durante el proceso de aprendizaje; puede ser aplicada mediante la
implementación de varias actividades que faciliten al docente evaluar y medir el nivel de
comprensión y dominio de conocimientos y habilidades previo a empezar un ciclo académico
o una nueva temática.
Vera-Arcentales (2020) plantea que una vez efectuada la tarea diagnostica, el docente
posee suficiente información para efectuar las adaptaciones pertinentes, que faciliten a los
estudiantes dominar los conocimientos necesarias en base a su nivel o grado académico.
El autor destaca que la evaluación diagnostica debe ser usada en dos atapadas, la
primera es antes del comienzo del ciclo escolar y la segunda, después de la aplicación de los
procesos de adaptación, orientación, e incluso nivelación, esto permite determinar el nivel de
éxito de las modificaciones pedagógicas.
En este sentido se puede afirmar que la evaluación diagnostica tiene la finalidad de
explorar los conocimientos y competencias que los estudiantes poseen respecto a su curso
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en ciclos anteriores, de igual forma tiene implicación pedagógica ya que contribuye con la
labor docente respecto a la estructuración del proceso de enseñanza (Bizarro-Flores et al.,
2021).
b. Evaluación sumativa
Otro tipo de evolución refiere a la sumativa, de acuerdo con Sandoval-Rubilar et al. (2022) y
Chacón-Tapia et al. (2023) refiere a aquella evaluación que se desarrolla tras finalizar un
proceso de enseñanza y aprendizaje o las unidades o módulos fijados para un ciclo
académico; su objetivo es identificar el nivel de consecución de los objetivos de aprendizaje
planteados, es decir, determinar si los estudiantes alcanzaron los conocimientos y habilidades
esperados.
Rosales (2014) argumenta que la evaluación sumativa también representa un medio
para mejorar el desempeño pedagógico del profesorado ya que proporciona información
sobre el rendimiento académico y facilita a identificar áreas de mejora del proceso de
enseñanza.
Mellado-Moreno et al. (2021) determina que la evaluación sumativa en el marco
pedagógico corresponde a una medición objetiva del rendimiento académico y la consecución
de los objetivos educativos establecidos en la planificación académica. De igual forma
Stufflebeam (1987) argumenta que las evaluaciones sumativas deben poseer una estructura
sencilla y universal, basado en estándares educativos fijados para cada nivel, lo mismo ocurre
con los instrumentos para el desarrollo de la evaluación, por lo regular de usan test, exámenes
estandarizados, en algunas ocasiones también se sirve de portafolios o proyectos, mediante
los cuales se evidencia el nivel de desarrollo académico.
Si bien se aborda técnicas e instrumentos tradiciones, no es menos cierto que este tipo
de evaluación también está sujeta a innovación e implementación de nuevos recursos
didácticos o tecnologías que mejoran la experiencia educativa del alumno, esto permite a su
vez romper aquel paradigma respecto a que la evaluación sumativa lo único que busca es
una calificar al estudiante, sino que tal como expresa Sambell et al. (2017) la evaluación
sumativa bien aplicada es una oportunidad de mejorar los procesos educativos y ofrecer un
educación de calidad, mediante un aprendizaje efectico, autentico y valido.
c. Evaluación formativa
Castillo-Arredondo & Cabrerizo-Diago (2009) plantea que la evaluación formativa refiere a
aquella evaluación que es implementada durante el desarrollo del proceso de enseñanza y
aprendizaje, esta es usada con la finalidad de apoyar y guiar la consecución de los objetivos
establecidos respecto a la formación educativa del alumnado; es decir que pretende mejorar
el aprendizaje y dominio de conocimientos, habilidades y competencias.
Al tratarse de una evaluación continua y permanente, es posible obtener información
respecto del rendimiento del alumnado, lo cual favorece a la identificación de problemas,
limitado dominio o cualquier otro aspecto que perjudique el desarrollo del proceso educativo;
con estos datos el docente podrá establecer modificaciones, adaptaciones o ajustes tanto de
contenidos, metodologías e incluso optar por nuevos recursos ya sean tecnológicos o
didácticos, esto con la finalidad de garantizar el aprendizaje.
Tabla 1
Tipos de evaluación y sus características
Tipo de
Evaluación
Objetivo
Momento de
aplicación
Función
Diagnostica
Identificar y
describir el
dominio de
conocimientos
Antes de iniciar un
nuevo ciclo académico
y después de la
implementación de
ajustes pedagógicos
- Reconocer el nivel de dominio de
conocimientos y habilidades
educativas en función del grado o
nivel académico.
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y habilidades
previas.
- Establecer acciones adaptativas
tanto de contenidos metodológicos
Sumativa
Determinar el
nivel de
dominio de
conocimientos
y habilidades
Tras finalizar una
unidad, temática o
módulo de aprendizaje;
así como del ciclo
escolar
- Permite determinar el nivel de
consecución de los objetivos
educativos planteados en relación
el nivel de dominio de
conocimientos y habilidades
educativas en función de la unidad
o ciclo académico finalizado.
Formativa
Brindar apoyo
y orientación
del proceso
de
aprendizaje
Su aplicación es
continua, es decir, que
debe ser implementado
a lo largo de todo el
proceso de enseñanza
y aprendizaje
- Permite ajustar la práctica
pedagógica en tiempo real,
identificando áreas de mejora y
adaptando contenidos, estrategias
y recursos mediante una
retroalimentación inmediata que
guía los ajustes necesarios.
Nota. Se presentan los principales tipos de evaluación a manera de una síntesis adaptada de varios
autores.
1.2. Principios clave de la evaluación formativa
Es preciso destacar que la evaluación formativa no pretende certificar o asignar una nota o
calificación al estudiantes tras completar una actividad o rendir un examen, de acuerdo con
Morales-Lobo (2022) esta enfoque evaluativo se centra en fortalecer y evidenciar el procesos
de aprendizaje en base al nivel de dominio y aplicación tanto de habilidades como
conocimientos adquiridos durante el desarrollo de los procesos educativos – enseñanza y
aprendizaje – en este sentido, la evaluación formativa tiene como función incrementar la
eficacia del aprendizaje más no evaluar o determinar que estudiantes lo hizo mejor.
En base a estos argumentos, se identifica que la evaluación formativa no mide el
conocimiento a fin de calificarlo, sino que se centra en identificar problemas o dificultades que
limiten el proceso de aprendizaje, por ende ser trata de un enfoque regulatorio; de igual forma,
Rosales-López (2011) argumenta que es de carácter específico, es decir, que mediante la
detección del nivel o grado de domino o aprovechamiento respecto de las habilidades o
conocimientos educativos, busca favorecer los procesos educativos mediante la subsanación
de errores o problemas para adquirir o implementar dichas habilidades durante el aprendizaje;
de igual forma favorece el desarrollo de habilidades específicas como son el pensamiento
crítico, la comunicación, la capacidad para resolver problemas, entre otros que se relacionan
con la autorregulación del aprendizaje.
El autor destaca que pedagógicamente, la evaluación formativa es una enfoque continuo
y constante, es decir que va a la par con la instrucción docente y el desarrollo de las diferentes
temáticas o módulos de aprendizaje, por ende; no se habla de una única evaluación sino de
múltiples que necesariamente no deben poseer un diseña tradicional – prueba escrito, oral
con motivos de poner un calificación o nota – sino enfocada en determinar y observar el
avance del alumnado, identificar áreas de mejora y presta el respectivo apoyo o
retroalimentación.
Para comprender de mejor forma la evaluación formativa es fundamental aborda la
retroalimentación, Sadler (1998) identifico la evolución de este aspecto, el cual en un principio
señalaba de manera simple el desempeño académico del alumnado en base a los resultados,
es decir si un estudiante obtenía un resultado a favor se plantea que existió un esfuerzo de
parte, caso contrario se determinaba la necesidad de una corrección.
El segundo enfoque retroalimentativo comprende el aspecto emocional y motivacional
del alumnado, este se desarrollaba en base a los elogios por completar, terminar o finalizar
las actividades educativas; su enfoca netamente en la autoestima ya que se identificó que
este aspecto emocional del alumnado se encuentra estrechamente relacionado con el nivel
de ampliación por su proceso de aprendizaje; por ende, se consideró que, a mayor
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motivación, mejor rendimiento académico.
La última etapa evolutiva de la retroalimentación es más específica, es decir ya se centra
en el estudiante y en los procesos educativos que se desarrollan, por ende, ante una actividad
académica la retroalimentación actúa como un apoyo y guía para la consecución de los
objetivos establecidos. De igual forma, debe permitir a los estudiantes no solo cumplir con la
terea, sino que estos sean conscientes de las herramientas, métodos, materiales, la
información y las estrategias implementadas para el correcto desarrollo de la actividad.
De acuerdo con Popham (2014) es preciso tener en consideración que la evaluación
formativa y la aplicación de la retroalimentación refieren a un proceso continuo de toma de
decisiones tanto para el docente – modificar la enseñanza – como del alumno – modificar su
forma de aprender –; por ende, la evolución formativa tiene como función identificar las áreas
de mejora y establecer los ajustes necesarios a finde mejorar el desarrollo del aprendizaje.
Si bien resulta fácil destacar estos aspectos, es preciso comprender que los docentes
no solo tienen una persona a su cargo sino a varios estudiantes de diversos niveles o grados
educativos, estilos y ritmos de aprendizaje por ende resulta complejo y difícil plantear cambios
en el proceso de enseñanza. El mismo Popham argumenta que los cambios deben estar
enfocados en la progresión del aprendizaje, esto refiere a aquellos aspectos esencias y
fundamentales que los estudiantes deben comprender, entender y aprender cómo funcionan,
parque funciona o como puede implementarse en la realidad o en la construcción de nuevo
aprendizaje.
En este sentido, son aprendizajes necesarios que contribuyen a la construcción de
nuevos y más complejos saberes o habilidades y son en estos puntos en los que el docente
deberá aplicar los ajustes o modificar la enseñanza a fin de atender las necesidades
educativas.
2. Rol de la evaluación formativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje
La evaluación es el medio por el cual los docentes y estudiantes comprenden y se informan
respecto del grado de consecución de los objetivos educativos, estándares y sobre todo el
nivel de aprendizaje tanto de habilidades como conocimientos. En especial cuando se aborda
la evaluación desde un enfoque formativo, mediante el cual y tras efectuar la respectiva
observación respecto del desempeño educativo del alumno frente a una actividad académica,
y ofrecer la correspondiente retroalimentación; se derivan las demás funciones que ofrece
este enfoque evaluativo; es decir la motivación, la corrección de las estrategias y recursos, e
incluso la calificación o acreditación de un ciclo escolar.
Siguiendo el orden de las ideas, Wiener (2019) plantea que el docente mediante la
evaluación formativa puede recabar información relevante del desempeño educativo del
alumnado, en primer momento permite identificar el nivel de compresión, dominio e
implementación de los aprendizajes, así como las falencias o inconvenientes al momento de
aprender lo que permite modificar y ajustar su pedagogía, estrategias y recursos didácticos
en función de las necesidades identificadas.
De esta forma es posible apreciar que la evaluación formativa posee una serie de
ventajas y beneficios respecto al desarrollo de los procesos educativos, Pérez-Pino et al.
(2017) argumenta que este enfoque evaluador se ve inmiscuido con el aprendizaje, partiendo
la retroalimentación inmediata y constructiva la cual tiene el propósito de reforzar los
aprendizajes, orientar en uso e implementación de estrategias, recursos o técnicas durante
el desarrollo de actividades académicas.
De igual forma permite a los estudiantes conocer el nivel de desarrollo y avance de sus
aprendizajes – conocimientos y habilidades – de esta forma pueden tomar conciencia e
incrementar su nivel de implicación por su desarrollo académico, personal y social; lo que
denota en estudiantes más comprometidos y motivados por aprender y alcanzar sus metas
académicas.
Respecto al proceso de enseñanza, Hamodi et al. (2015) ya se ha manifestado que
permite al docente diagnosticar el nivel de dominio y comprensión de conocimientos y
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habilidades del alumno, de igual forma facilita la identificación de áreas de mejor; por ende
constituye un enfoque que mejora el desempeño docente, dotándole de información relevante
de sus estudiantes y permite ajustar la enseñanza de manera directa y rápida, en función de
las necesidades evidenciadas durante el desarrollo de la evaluación formativa, estos cambios
responden a la necesidades educativas del alumnado, debido a que están orientadas en
mejora de la comprensión, desarrollar y ejecución de actividades educativas.
Un factor no tan mencionado corresponde a la mejora en la relación docente –
estudiante, debido a que es necesario desarrollar una comunicación efectiva para una
adecuad interacción entre estos dos sujetos; es esencial que los estudiantes manifiesten sus
inquietudes, dudas o identifiquen que temas o parte de las temáticas desarrollados no han
sido comprendidas, de igual forma con tareas o actividades a desarrollar; para ello es
necesario que los docentes generen espacios y ambientes idóneas para el desarrollo de las
actividades educativas.
La autoevaluación y coevaluación como estrategias para mejorar el aprendizaje.
La evaluación formativa de acuerdo con Hamodi et al. (2015) se auxilia de algunos
instrumentos o medios para mejorar e identificar áreas de mejora durante el desarrollo de la
clase; el autor resalta la importantica de la evaluación compartida, a la cual la define como
una oportunidad para que las personas conecten con los contenidos, habilidades y sus
compañeros, esto mejora la manera en cómo se construye el aprendizaje. Bretones-Román
(2022) establece que el hecho de evaluar de manera colectiva y relacionar a los alumnos
facilita el desarrollo de habilidades de críticas, razonamiento y sociales, así como valores y
principios; importantes para una correcta formación académica y de la personalidad.
López-Pastor et al. (2005) plantea que para el desarrollo de esta técnica evaluativa es
fundamental la participación y comunicación efectiva de los miembros de la comunidad áulica,
debido a que durante la evaluación compartida el docente entra en diálogo con el alumnado
y destaca puntos positivos y aspectos que merecen la pena ser atendidos o expuestos, esto
permite a los estudiantes entender cuál fue el error, o falencia ya sea en la comprensión de
información, uso de una herramienta, técnica o recurso; de igual manera es esencial la
pronunciación estudiantil, esto permite al docente comprender de mejor manera la forma en
como el alumnado interactúa y se sintió con la actividad, prueba o taller desarrollado.
Por otro lado, se encuentra la autoevaluación, de acuerdo con Pérez-Pino et al. (2017)
corresponde a una manera de obtener información del alumnado en base a su percepción y
comprensión de su desempeño, implicación y criterio respecto a su desarrolla cognitivo; por
ende, se trata de un proceso de autorreflexión y análisis del alumnado de los conocimientos,
habilidades e interacción con los contenidos, estrategias y recursos educativos.
Para Herranz-Sancho (2019) la autoevaluación es una forma de obtener información del
alumnado de manera continua y rápida y se relaciona de manera estrecha con los objetivos
de la evaluación formativa, misma que busca mejorar los procesos educativos en base a la
identificación de áreas de mejorar o determinar el nivel de dominio de conocimientos; el autor
destaca que los docentes pueden implementar este método evaluativo a lo largo del ciclo
escolar, es decir que dependerá exclusivamente del docente su uso; per se recomienda
implementarlo tras finalizar un módulo, tema, unidad o un tarea compleja que demande el uso
y aplicación de conocimientos y habilidades académicas.
Bedregal-Alpaca et al. (2019) argumenta que las autoevaluaciones pueden ser
estructuradas en la escala tipo Likert¸ modelo que presta las condiciones idóneas para la
recolección de datos de los estudiantes; esta deberá estar diseñada en función de la
actividad, contenido y habilidad que se busca que los estudiantes desarrollen o aprendan. De
igual manera, por su versatilidad es posible no solo identificar las actitudes y la conformidad
respecto al proceso de enseñanza, lo cual permitirá al docente efectuar cambios para futuras
actividades.
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3. Herramientas para la evaluación formativa
La evaluación formativa se desataca por presentar una pluralidad de opciones o formas de
avanzar con el aprendizaje, es decir, no se encasilla a una sola forma de presentar las
actividades o la información – uniformidad metodológica – ya que de ser así limitaría el
aprendizaje y solo beneficiaría a aquel grupo de se adapte mejor al enfoque pedagógico
presentado.
Lo mismo sucede con las herramientas y estrategias que la evaluación formativa
implementa con el objetivo de recabar información respecto del avance y dominio de
conocimientos y habilidades que comprenden la formación académica del alumno, para
posteriormente analizar y determinar el grado de consecución de objetivos educativos
alcanzados por los estudiantes; se debe desatacar que las herramientas usadas no solo son
beneficiosas para el alumnado sino que permite al docente orientar y modificar la enseñanza
a fin de potenciar el proceso de aprendizaje.
De acuerdo con Irons y Elkington (2021) el monitorear, analizar y ajustar los procesos
educativos es el objetivo de la evaluación formativa, por ende, su estructura deberá permitirá
tanto a la obtención de información, garantizar una retroalimentación eficaz y sobre todo
fortalecer aspectos o áreas de la enseñanza y aprendizaje, los mismos deberá facilitar una
formación crítica, reflexiva y activa del estudiante.
En estes sentido, Black & Wiliam (1998) argumenta que los cuestionarios o pruebas son
una herramienta que facilitan la recolección de información y la medición del grado de dominio
de los conocimientos y habilidades del alumnado, el autor argumenta que estas herramientas
no deben ser vistas solo como medios para emitir una calificación, sino que los cuestionarios
formativos bien estructurados facilitan la identificación de áreas de mejora tanto de la
enseñanza como del aprendizaje.
Por otra parte Salazar-Mercado y Arévalo-Duarte (2019) abogan por la implementación
de portafolios educativos, herramienta que facilita el registro sistemático las actividades
desarrolladas por los estudiantes durante un periodo de tiempo, en este sentido, Arbesu y
Gutierrez (2014) determina que el portafolio es un recurso educativo de alto valor, ya que no
solo elabora un compendio trabajos académicos sino que permite identificar los
conocimientos previos del alumno así como los posteriores al desarrollo de los procesos de
enseñanza y aprendizaje; por ende los docentes y estudiantes son capaces de comprender
y reflexionar respecto al nivel de desarrollo y dominio de conocimientos y habilidades
establecidas para un periodo de tiempo.
Otra de las herramientas que contribuyen a una adecuada implementación de la
evaluación formativa son las Rúbricas, Brookhart (2013) las cataloga como una guía para la
revisión, ejecución y evaluación del desempeño durante la realización de actividades
académicas; destaca que las rubricar contribuye a que el alumnado comprenda que es lo que
se espera de ellos durante la realización de una actividad o tarea, esto se debe a que la
rúbrica permite estructurar y definir de manera clara los criterios que deben ser cumplidos en
las actividades; dichos parámetros están relacionados con el nivel de comprensión y dominio
tanto de los conocimientos como las habilidades.
Jonsson y Svingby (2007) argumenta necesario que se deje de usar la rúbrica
únicamente con fines calificativos, es decir otorgar una calificación a los alumnos en relación
con su desempeño en las distintas actividades académicas; para el autor las rubricas no son
solo un medio para evaluar o calificar, en una contexto formativo facilita el comprender el nivel
de consecución de los objetivos y el desarrollo de los aprendizajes; así como aportar en la
mejora de los proceso de enseñanzas y aprendizaje.
4. Innovaciones en la evaluación formativa: Integración de tecnologías emergentes
La tecnología corresponde a una herramienta que facilita el desarrollo de actividades de toda
índole, y en el caso educativo concierne a un apoyo respecto de los procesos de enseñanza
y aprendizaje, y todo lo que de ellos emana, en el presente caso la implementación de la
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Revista Científica Retos de la Ciencia. 1(5). Ed. Esp. 81-93.
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evaluación formativa. Bedregal-Alpaca et al. (2019) destaca que las tecnologías en especial
las Tics revolucionaron y agilizaron la educación, desde su estructuración, planificación y
aplicación durante el desarrollo de las clases, tareas, presentación y adaptación de
contenidos, evaluaciones y retroalimentación; así como en la identificación de áreas de
mejora o problemas en el aprendizaje.
Uno de los beneficios de la tecnología en el campo educativo – centrado especialmente
en la docencia – refiere a la gran cantidad de datos que esta puede recopilar respecto del
desempeño académico del alumnado, de igual manera contribuye al procesamiento y análisis
de dicha información, lo que se denomina analítica del aprendizaje; este proceso aporta gran
cantidad de datos relevantes del alumno lo que ayuda a identificar el nivel de dominio de los
conocimientos, habilidades, problemas o dificultados con las temáticas, actividades y demás
procesos que se efectúen en clases.
Walss-Aurioles (2021) argumenta que al identificar limitaciones o problemáticas con los
contenidos o habilidades establecidas en el currículo – no exclusivamente a problemas de
aprendizaje – facilita al docente estructurar y emplear estrategias, recursos o metodologías
que apoyen al aprendizaje y dominio de dichos contenidos. La autora recomienda necesario
identificar la necesidad o área a mejorar, esto facilitará al docente implementar una
herramienta tecnología específica.
Cosi et al. (2020) destaca que para implementar herramientas, programas o plataformas
tecnológicas direccionadas a apoyar en la enseñanza y aprendizaje, es primordial considerar
algunos aspectos – si bien estos aspectos están desarrollados entorno a la retroalimentación
educativa, no es menos cierto que no puedan aplicarse en un contexto general en relación a
la aplicación de tecnologías en la enseñanza y aprendizaje – como es el tiempo, es decir
cuánto tiempo ahorra su uso a los proceso educativos, si agiliza la labor docente, y le permite
enfocarse en establecer acciones de mejora académica para sus estudiantes, sin generarle
una sobrecarga laboral; del mismo modo si presta las condiciones adecuadas para el
desarrollo de actividades de aprendizaje.
Ravela et al. (2017) argumenta que las actividades de aprendizaje corresponden a la
evaluación formativa, por ende, debe estar ligada con el desarrollo cognitivo del alumno. En
este sentido, la tecnología en el proceso de aprendizaje debe permitir la construcción de un
aprendizaje significativo, desarrollar habilidades de resolución de problemas, desarrollo y
expresión de ideas y pensamientos, entre otros factores indispensables para la formación
académica del alumnado.
Otro aspecto a considerar es el formato, es decir la manera en cómo la tecnología se
presenta a los estudiantes, si esta es mediante textos, videos o audios, si bien no debe
considerarse única y exclusivamente un solo medio sino que pueden ser los tres a la vez
como lo hace la gamificación, estrategia que usa juegos para desarrollar y estimular el
aprendizaje, Holguin-García et al. (2020) argumenta que mediate este técnica la información
y contenidos son presentados de manera interactiva lo cual no solo capta la atención, sino
que permite al docente monitorear el dominico de conocimientos y habilidades de los
alumnos, de igual manera permite a los estudiantes observar y presenciar sus avances lo que
los motiva a seguir e implicarse de manera más profunda con su proceso de aprendizaje.
El último aspecto que Cosi et al. (2020) considera es el detalle; alude a la conexión y
accesos que la herramienta digital implementada posee con otros contenidos o recursos, esto
facilita la inmersión con nueva información que se relaciona con las temáticas educativas,
esta puede estar enfocada en fortalecer lo desarrollado durante las clases o las actividades
educativas – tareas, trabajos individuales o grupales –, así como ampliar las temáticas
revisadas.
Herramientas como Moodle o Canvas, que refieren a sistemas de gestión de aprendizaje
o LMS, Bedregal-Alpaca et al. (2019) argumenta que esta tecnología permite la creación de
aulas virtuales en donde los proceso educativas pueden desarrollarse de manera sincrónico
o asincrónica, de igual manera, por su diseño agiliza la creación de actividades educativas,
espacios de interacción como foros o chats grupales, además de añadir enlaces con otras
páginas o plataforma que contribuyen a la construcción de aprendizajes.
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Un aspecto clave de la evaluación formativa corresponde a la retroalimentación¸ de acuerdo
con Hattie (2010) implica reconocer y tener delineados los objetivos y estándares educativos,
mediante los cuales se desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje; de igual forma
destaca la necesidad e importancia que posee la retroalimentación en relación con la
consecución de metas académicas y sobre todo con la construcción del aprendizaje.
Por ende, es esencial que los docentes posean habilidades para adaptar información y
adecuar las actividades en base a las necesidades reales del alumnado, Cosi et al. (2020)
planteo que la tecnología a través de sus diferentes avances facilita y auxilia al docente para
brindar una retroalimentación adecuada y que contribuya a la construcción del aprendizaje.
CONCLUSIONES
La evaluación formativa corresponde a una estrategia pedagógico que tiene como fin el
fortalecer y desarrollar el aprendizaje, esto lo hace mediate la aplicación continua,
identificación de aspectos positivos y limitaciones durante el desarrollo de los procesos de
enseñanza y aprendizaje; y sobre todo con la retroalimentación continua que consolida los
conocimientos.
De igual forma, al identificar áreas de mejora, los docentes son capaces de implementar
estrategias que estimulen la curiosidad e incremente el nivel de motivación e implicación del
alumnado respecto a su aprendizaje. En este sentido, la evaluación formativa no se centra
en los resultados o la calificación, sino que valora el progreso, avance y dominio de
conocimientos y habilidades esenciales para una formación académica adecuada.
Por otro lado, la evaluación formativa posee un gran potencia para la reestructuración
de los entornos educativos, esto se debe principalmente a su enfoque centrado en el
desarrollo del aprendizaje, por ende la evaluación deja a un lado ese estigma y perspectiva
punitiva que infunde miedo en los alumnos y pasa ser vista como una oportunidad para
mejorar y ampliar tanto conocimientos y habilidades; de igual forma, contribuye a reducir el
miedo al error o ansiedad, que se encuentra tan marcada en la evaluación sumativa.
La evaluación formativa se ayuda de herramientas como las rúbricas que permiten
orientar y guiar el desarrollo de actividades académicas por ende al establecer esta guía, los
estudiantes son capaces de comprender de mejor manera lo que se espera de ellos durante
una tarea o trabajo ya sea individual o grupal. Por otra parte, con la finalidad de obtener
información del desempeño del alumnado, los docentes pueden usar autoevaluaciones las
cuales se basan en identificar el nivel de dominio y comprensión de los contenidos, de igual
forma es una herramienta que sirve para medir el grado de satisfacción del alumnado
respecto a las metodologías, estrategias, recursos y contenidos implementados durante
determinado tiempo.
La autoevaluación, como se mencionó permite al docente recopilar datos y
posteriormente aplicar analítica de aprendizaje con lo cual identifica áreas de mejora tanto en
la enseñanza y aprendizaje; por ende, es posible ajustar la pedagogía, establecer estrategias,
recursos e incluso metodologías educativas con la finalidad de mejorar el aprendizaje del
alumnado. De igual forma proporciona información suficiente para guiar el proceso de
retroalimentación, es decir si los estudiantes necesitan una ampliación de las temáticas o
unidades de estudio, un refuerzo o simplemente una revisión general de la información con
la finalidad de aclarar dudas sobre la información presentada.
La evaluación formativa implemente recurso tecnológicos ya sean plataformas LMS,
tics, aplicaciones, entre otras; con la finalidad de proporcionar una mejor experiencia
educativa a los estudiantes. La tecnología facilita que la evaluación formativa cumpla su
objetivo principal, el cual recaen en permitir una mejora y desarrollo continuo de los
aprendizajes, debido a que a diferencia de las demás formas de evaluar esta corresponde a
un proceso que se efectúa durante todo un periodo o ciclo académico, su objetico no es
calificar o medir los aprendizajes sino fortalecer el desarrollo educativo.
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