Enero, 2025
Vol. 9. No. 19. 60-71
https://doi.org/10.53877/rc9.19-554
Revista multidisciplinaria
e-ISSN: 2602-8247
www.retosdelacienciaec.com
LA EDUCACIÓN FÍSICA FRENTE A LA IDEOLOGÍA DE
IDENTIDAD DE GÉNERO. PARADOJA: LIBERTAD DE
EXPRESIÓN VS LENGUAJE INCLUSIVO
PHYSICAL EDUCATION AGAINST THE IDEOLOGY OF
GENDER IDENTITY. PARADOX: FREEDOM OF
EXPRESSION VS INCLUSIVE LANGUAGE
Carlos Orlando Guavita Ocampo
1
Recibido: 2024-08-16 / Revisado: 2024-10-26 / Aceptado: 2024-11-15 / Publicado: 2025-01-01
RESUMEN
La visión posmoderna de los derechos humanos implica que la libertad de expresión quede
sometida a ideas alejadas del sentido común y del conocimiento científico. La corrección
política incursiona en la educación afectando particularmente a la educación física. Esta
disciplina estructura sus contenidos en las ciencias a diferencia de la ideología de la identidad
de género que se basa en la autopercepción, los sentimientos y la sexualidad; emplea un
nuevo lenguaje y exige la creación de nuevos derechos. Entre la confrontación de la disciplina
y la ideología se prevén el surgimiento de paradojas. El objetivo fue generar una aproximación
teórica de las paradojas que surgen desde la educación física frente a la diversidad de
géneros. Esta investigación original de tipo cualitativa usó un enfoque fenomenológico
hermenéutico. Se aplicó una entrevista semiestructurada a cuatro educadores sicos, con
estudios de posgrado. Se confirmó que la educación física es una disciplina académica
interdisciplinaria, que no puede desligarse del conocimiento científico, esto sitúa al
profesorado en una dicotomía entre la libertad de expresión y las ideas transgeneristas
camufladas como nuevos derechos. Se descubrieron siete paradojas. Una de ellas se
denominó: Paradoja del Lenguaje. La libertad de expresión VS el lenguaje inclusivo.
Palabras clave: derechos humanos, género, educación física, libertad de expresión,
ideología, lenguaje inclusivo.
ABSTRACT
The postmodern vision of human rights implies that freedom of expression is subject to ideas
far from common sense and scientific knowledge. Political correctness makes inroads into
education, particularly affecting physical education. This discipline structures its contents in
the sciences unlike the ideology of gender identity which is based on self-perception, feelings
and sexuality; It uses new language and demands the creation of new rights. Between the
1
Doctorando en Ciencias de la Educación. Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología.
Panamá. orlandoguavita@gmail.com / https://orcid.org/0000-0002-7599-3591
Forma sugerida de citar: Guavita-Ocampo, C. (2024). La Educación Física frente a la ideología de identidad de
género. Paradoja: Libertad de expresión VS lenguaje inclusivo. Revista Científica Retos de la Ciencia. 9(19). 60-
71. https://doi.org/10.53877/rc9.19-554
Carlos Orlando Guavita Ocampo
Fundación Internacional para la Educación la Ciencia y la Tecnología, FIECYT
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confrontation of discipline and ideology, the emergence of paradoxes is foreseen. The
objective was to generate a theoretical approach to the paradoxes that arise from physical
education in the face of gender diversity. This original qualitative research used a hermeneutic
phenomenological approach. A semi-structured interview was applied to four physical
educators with postgraduate studies. It was confirmed that PE is an interdisciplinary academic
discipline, which cannot be separated from scientific knowledge, this places teachers in a
dichotomy between freedom of expression and transgender ideas camouflaged as new rights.
Seven paradoxes were discovered. One of them was called: Paradox of Language. Freedom
of expression VS. inclusive language.
Keywords: human rights, gender, physical education, freedom of expression, ideology,
inclusive language.
INTRODUCCIÓN
Los derechos humanos se han conocido como: “libertades individuales, derechos subjetivos,
derechos naturales, derechos del hombre, derechos humanos, libertades públicas, valores
morales, derechos individuales, derechos fundamentales” (Ruiz, 2007, p. 156).
Independientemente de la forma como se denominen, la escuela como institución debe
garantizar y promover los derechos humanos, sin embargo, es el lugar de situaciones en que
se niegan o eliminan ciertos derechos debido a prejuicios o a la falta de conocimiento por la
condición del género.
La literatura académica señala la falta de consenso en la conceptualización de género.
Se relaciona con la mujer, con sexo, con las diferencias de los hombres, o se refiere a géneros
(Campillo-Vélez, 2013; Fernández, 2020; Pérez & Moya-Mata, 2020; Salgado & Giménez,
2021).
Para Fernández (2020), esto ha desembocado en:
una especie de disonancia cognitiva por sus mutaciones conceptuales en contrario a lo
determinado por la biología y el rigor científico que para nada lo secunda, lo que ha
ocasionado un debate que ha traído como resultado la imposición de un conjunto de
terminologías alegóricas nunca escuchadas (p. 371).
Para la teórica Judith Butler (2004, 2007), “Los géneros no pueden ser ni verdaderos ni
falsos, ni reales ni aparentes, ni originales ni derivados. No obstante, como portadores
creíbles de esos atributos, los géneros también pueden volverse total y radicalmente
increíbles” (p. 275). De esto ha surgido lo que se conoce como teoría ‘queer’, que recalca que
no hay porqué creer que los géneros son sólo dos, sino que hay géneros inteligibles que
expresan diferentes sexualidades, de allí la construcción de identidades que no diferencian
hombre de mujer, ni tampoco se basan en categorías como la edad, el sexo, la raza o la
especie. Es la ideología de la Identidad de Género IIG-.
La cuestión aquí es que, la IIG ha incursionado en el contexto de los derechos humanos,
transformando el concepto libertad en la exaltación del individuo que exige una igualdad en
términos de la diferencia, en obtener cosas distintas para sí, “en la búsqueda psicótica de un
supuesto respeto irrestricto a los derechos humanos” (Fernández, 2020, p. 371).
Es una libertad de las minorías oprimidas, agrupadas bajo el paraguas LGBTQIA2S+.
Ostentan la condición de víctimas para exigir legislación de nuevos derechos sobre categorías
autoperceptivas, desembocando en legislaciones poticamente correctas con un toque de
discriminación positiva, que descarta a los opresores e incluye a los oprimidos, es decir,
derechos humanos para algunos, y derechos humanos privilegiados en tanto que LGBT. La
IIG se materializa políticamente en un proyecto político: lo trans-queer (transgénero,
transexual, y no binario); que tiene “la necesidad de poner en tela de juicio no lo la totalidad
de la cultura occidental, sino la organización misma de la cultura y, más allá, la de la propia
naturaleza” (Firestone, 1976, p. 7).
Así pues, ejercer los derechos humanos queda limitado a la no violación de los derechos
y libertades de las personas que expresen una identidad sentida en toda su diversidad de
orientaciones sexuales. Identidades basadas no en la cognición o el sentido común sino en
La Educación Física frente a la ideología de identidad de género. Paradoja: Libertad de expresión...
los sentimientos y el pensamiento irracional. Ahora se debe tener cuidado al hacer uso de la
libertad de opinión y de expresión, de la libertad de culto y la libertad de asociación, para no
oprimir ni violentar a las identidades sentidas. “Se están creando leyes antidiscriminación y
nuevos delitos, tales como el «discurso del odio». Muchas formas de expresión están siendo
reclasificadas como «comportamiento» para facilitar el procesamiento” (Kuby, 2017, p. 231).
Para Errasti, Pérez, y de Arquer, (2023), este tipo de decisiones legislativas son
consideradas un tipo de “política demagógica que convierte deseos en derechos y ofrece
satisfacciones inmediatas en lugar de pensar a largo plazo” (p. 59).
Decisiones que para de Pons, Urtiaga, de Lacalle, & Vila (2022), fueron elaboradas
exclusivamente por entidades transactivistas y aprobadas sin el conocimiento y participacn
de la ciudadanía porque no responden a demandas sociales prioritarias, y no fueron
sometidas al debate académico, ni se presentaron informes de su impacto e implicaciones en
el contexto escolar.
Esta ideología identitaria manipula la ambigüedad del concepto ‘género’ para
incursionar en todas las instituciones de la sociedad, como la escuela y la academia, a través
de la deconstrucción del lenguaje y la resignificación de la libertad, la igualdad y la justicia.
Estructurando las bases de la creación de nuevos derechos contenidos en los Objetivos de
Desarrollo Sostenible ODS-, por lo que, se entiende que el término género sea transversal
en los ODS.
La creación e inclusión de neoderechos hacen que los derechos humanos pierdan su
condición iusnaturalista y universalidad para adecuar el orden social para satisfacer a unas
minorías, sopena a quienes no los amparen o no los compartan serán considerados anti-
derechos. Es una lucha por los neoderechos de los oprimidos trans frente a los privilegiados
cis. Neoderechos artificiales que se oponen a la biología, la antropología, la neurofisiología,
la genética, a la evidencia observable, al sentido común y al lenguaje, que chocan con los
valores éticos y el tejido moral. Aspectos en los que se fundamenta la educación física y que
no pueden ser negados por su profesorado (Muñoz, 2019; Rubio, 2016; Kuby, 2017; Pons et
al., 2022; Scala, 2010).
Por ello, Márquez y Laje (2016), expresan: “Nada debería importarnos los desvaríos de
cada quién, mientras no afecten nuestros derechos individuales” (Márquez y Laje, 2016,
p.116). No obstante, tus palabras pueden ser catalogadas como un discurso de odio, no
incluyente e intolerante. Tu discurso se debe distanciar del sentido común y la evidencia
observable para no ofender y evitar ser tildado de homofóbico, LGBTIfóbico o transfóbico.
Por ende, se acude a la autocensura como forma de autoprotección del señalamiento social
y penal (Errasti & Pérez, 2022; Scala, 2010; Muñoz, 2019; Rubio, 2016; Villanueva, 2021;
Pons et al., 2022).
La incursión de la IIG en la educación se da través de la instalación de leyes y protocolos
que propagan una serie de discursos acientíficos que se expanden a la docencia y a todos
los campos del conocimiento. No porque sí, hay casos de profesores en diferentes pses
que han sido sancionados, económica, penal y socialmente, por afirmar que sólo hay dos
sexos, o por no usar un lenguaje inclusivo. También hay casos de deportistas y escritores
sancionados, censurados y cancelados por las acciones violentas de movimientos woke y de
la ‘policía del pensamiento’, por no aceptar la nueva ortodoxia de pensamiento potico
(Murray, 2020; Argudo, 2023; Saad, 2022; Wrigth, 2023; Vallés, 2022; Muñoz, 2019). Por ello,
Saad (2022) demanda: “No hay NADA más importante que luchar por la libertad de expresión
y de conciencia y compromiso con la ciencia, la razón y la lógica frente a un dogma casi
religioso” (p. 7).
Para Pons et al. (2023), el profesorado al no apoyar los postulados transgenersitas se
enfrenta a una grave situación de vulnerabilidad e indefensión. La libertad de cátedra y la
libertad de expresión, así como el ejercicio profesional tutorial de la función docente “se están
viendo seriamente comprometidos, de modo que se está instalando en los centros una espiral
del silencio, en las antípodas de una educación democrática, sin espacio para objetar al
adoctrinamiento (p. 126).
La Educación Física estudia la corporeidad del hombre en movimiento, con contenidos
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basados en el conocimiento científico. Es una disciplina obligatoria en la escuela que posibilita
la realizacn de las capacidades e intereses sociales, físicos y psicológicos. Se centra en un
enfoque inclusivo con currículos flexibles y programas, que no refuercen estereotipos ni la
discriminación y promuevan la participación regular y generalizada de todas las personas y
diferentes grupos minoritarios (Ley 115 de 1994, ONU, 2015; McLennan & Thompson, 2015).
La inquietud latente es ¿Qué les sucederá a los profesores que no adopten el nuevo
lenguaje? ¿A qué se exponen al enseñar temáticas con sustento científico?
La verdad es puesta a prueba con el debate y con argumentos racionales, porque algo
sí es cierto, la incursión de la IIG en la Educación Física genera problemáticas y disyuntivas
poco estudiadas, que demuestran la necesidad de realizar una teorización de las paradojas
que se suscitan al interior de la disciplina con las identidades sentidas (Visciglia y Dalceggio,
2019; Devís Devís, J., Fuentes Miguel, J., & Sparkes, A., 2005), y otorga una base para
plantear el objetivo de generar una aproximación teórica de las paradojas que surgen desde
la educación física frente a la diversidad de géneros.
1. Libertad
Para Habermas (1987) los sujetos capaces de hablar con afirmaciones fundadas y de actuar
eficazmente son racionales. Es decir que, lenguaje racional y la acción son las facultades
más elevadas de las personas libres (Arendt, 2009; Jouve, 2012).
El ser humano tiene la capacidad única de analizar y contemplar las consecuencias de
sus acciones y en función de ello, elegir libre y voluntariamente el fin al que se quiere llegar
con los actos. Todos poseemos la facultad de decidir por naturaleza, “pero no somos buenos
o malos por naturaleza” (Aristóteles, 1981, p. 24). Es la recta razón (la voluntad) la que define
que el fin al que se aspira pueda ser bueno o malo, eso es lo que hace al hombre responsable
de ser malvado o virtuoso. Es ética.
Para Kant (2004) la libertad no está doblegada a las motivaciones internas del libre
albedo, por lo que, resulta ajeno que la volición tenga que ser el refugio de la libertad. Es
decir, la libertad no nos asiente a hacer cualquier cosa. Por más que la humanidad piense
que la libertad es una verdad obvia no es un fenómeno de la voluntad (Arendt, 1996). La
respuesta entre lo que contrapone al dictado de la voluntad y a la comprensión de la razón,
es la ley moral.
La ley moral ha de ser escoltada por la habilidad política del juicio válido, libre de las
categorías privadas subjetivas para poder desvelar y compartir el mundo que tenemos en
común con los demás. “La protección de la familia y de la vida, el cuidado del prójimo, el
sentido del más allá, determinan nuestras primeras obligaciones morales y constituyen el
poso ético compartido que explica la «Ley Natural» (Jouve, 2012, p. 44).
Es en la relación con los otros en que el hombre es consciente de su libertad, no antes,
y la ejerce en igualdad de condiciones en un espacio público común, organizado políticamente
a través del juicio de su palabra y sus acciones.
A esta capacidad de juicio, Arendt (1996), lo llama discernimiento (sentido común). “A
él debemos el hecho de que nuestros estrictamente privados y «subjetivos» cinco sentidos y
sus datos sensoriales se puedan ajustar por mismos a un mundo no-subjetivo y «objetivo»”
(p. 233). Pero la pérdida del sentido común trae como consecuencia la reinterpretación de la
libertad, donde la afirmacn: «libertad significa hacer lo que uno quiere» (Arendt, 1996, p.
159).
La posmodernidad, al resignificar la libertad desde los deseos subjetivos y desligados
de la ley moral, unió lo personal a lo político. La identidad ha pasado a ser política. Es lo
políticamente correcto, y prima sobre lo correcto científicamente. La acomodación se
convierte entonces en criterio de todo tipo de comportamiento subjetivo pensable. El triunfo
de la razón subjetiva formalizada es también el triunfo de una realidad que se enfrenta al
sujeto como absoluta, como avasalladora” (Habermas, 1987, p. 449). Por ende, Errasti y
Pérez (2022) aseveran: “Evitemos confundir los deseos con derechos y los temores con
razonamientos” (p.13).
La Educación Física frente a la ideología de identidad de género. Paradoja: Libertad de expresión...
El egoísmo de los nuevos derechos prevalece sobre el bien de los otros y sobre el
bienestar común, es una exaltación al individuo autónomo que, convertido en el centro de la
libre eleccn, asume la libertad como un mero capricho personal, sin responsabilidad de sus
decisiones y acciones. Ser libre significa romper con toda categoría social natural. Es una
libertad desvinculada y divorciada de la verdad (Kuby, 2017). Los seres humanos son los que
más verdades necesitan para sobrevivir y prosperar, ya que toda sociedad supone un mínimo
de confianza en que la información que se recibe sea fidedigna. Para Bunge (1985), un mundo
sin verdad conllevaría a imaginar un mundo “sin seres capaces de formar ni siquiera la más
tosca de las representaciones de su propio cuerpo y de su entorno” (p. 28). ¿Acaso Bunge
previó el género transespecie, transedad o transraza?
Por ende, las identidades sentidas están supeditados al reconocimiento a través del
lenguaje, porque, “Si parte de lo que busca el deseo es obtener reconocimiento, entonces el
género, en la medida en que está animado por el deseo, buscará también reconocimiento”
(Butler, 2004, p. 15).
En nombre de la libertad se satisface el impulso y deseo sexual que traspasa la función
de la reproducción para la supervivencia de la especie, de la expresión del amor para crear
una nueva vida, y se convierte en un fin, en un placer que domina a la persona y la hace
regresar a su animalidad, a sus instintos. Una persona impulsada de este modo pierde su
libertad (Kuby, 2017; Muñoz, 2019; Rubio, 2016). Entonces, la libertad kantiana que deriva
de la razón queda abolida, y la persona posmoderna “se ha reducido a sí mismo a un animal
de impulsos y se desliza hacia un abismo cada vez más profundo a través del abuso de su
libertad humana” (Kuby, 2017, p. 177).
Por ende, si en la escuela ha de incursionar una ideología que transforma la libertad, el
lenguaje y se aleja de la racionalidad, entonces ¿De qué manera la Educación Física deberá
desarrollar sus procesos educativos?
Es a que, entendemos la libertad como no sólo la capacidad de actuar, sino que
obedece a un orden racional que me haga mejor; es decir, permite una sensación de autoría
y de responsabilidad. El acto voluntario de decidir sobre varias alternativas, con la inteligencia
de discernir lo bueno de lo malo, es libertad y, al igual que los derechos tiene límites. La
libertad sin reglas no funciona, no coopera.
2. Lenguaje políticamente correcto
El lenguaje es el paso del logos al discurso. Es expresión, manifestación, y exteriorización de
aquello que presuponemos que debe ser con algo que pueda ser identificado con base a su
significado y su significante, y representa la realidad con base en la experiencia, la
observación y el sentido común, relegando la interpretación subjetiva basada en los
cambiantes e inestables sentimientos y emociones (Villanueva, 2021; Habermas, 1987;
Muñoz, 2019).
Villanueva (2021), aclara que el sentido del lenguaje es negado por la deconstrucción
posmoderna. A partir de la deconstrucción surgen grupos de sujetos que se reconocen a
mismos como víctimas oprimidas y discriminadas. Manipulan el lenguaje como forma de
poder, pero: “La acción para el ejercicio del poder sobre otros agentes siempre tiene a alguien
que sufre como oponente” (Böhm, 2010, p. 131). Es decir que, el discurso contaminado o
motivado por la proyección del deseo y del poder pierde objetividad y racionalidad,
multiplicando los riesgos de error e impidiendo el entendimiento (Morín, 1999).
Pero no sólo el poder y el deseo afectan el discurso. También la transformación, del
concepto de ‘libertad’ afecta al lenguaje. La libertad de expresar una identidad sentida y
pretender obligar a que sea validada por el otro. Esta nueva ‘libertad’ transforma la realidad
por la voluntad, por la autopercepción. Es un lenguaje políticamente correcto que impone una
realidad subjetiva que desdobla el lenguaje con neomorfemas de género gramatical,
inclusivos y no binarios. Es el lenguaje inclusivo.
Por medio del lenguaje inclusivo, las personas crean y recrean conceptos, cumplen
deseos y sacian placeres (Scala, 2010; Márquez & Laje, 2016). “La realización del deseo, al
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igual que sucede en los cuentos de hadas, llega en un momento en que sólo puede ser
contraproducente” (Arendt, 2009, p. 17). Los deseos se convierten en ideas y posverdades,
que cuando pasan “a formar parte de la conciencia colectiva de un grupo social, es
prácticamente imposible eliminarlas, y sigue propagándose incontroladamente como un virus
en el seno de la comunidad afectada. Se convierten así en convicciones comunes basadas
en una falsedad” (Villanueva, 2021, p. 185).
Entonces, las palabras dejan de definir lo que es cada cosa, se deben deconstruir y
ajustarse a lo que la persona dice que son, amparadas en la libertad que estipula la ley con
nuevos derechos (Rubio, 2016; Muñoz, 2021; Kuby, 2017).
Las nuevas formas de censura democrática emanan de una fuerza indefinida, totalitaria
y demiúrgica, expresadas en el lenguaje políticamente correcto. Éste estima que cualquier
crítica a la ideología queer o de género se considera un ataque a los derechos humanos,
desautorizando al crítico para poder opinar y de la censura a la libertad de expresión. De allí
que, se clausure el debate al señalar y etiquetar al oponente de ‘fóbico’, y de que, prevalezca
el me siento ofendido” sobre el “no estoy de acuerdo” (Errasti y Pérez, 2022; Villanueva,
2021; Furedi, 2018). Se usa estratégicamente el poder del neolenguaje para decidir sobre un
desacuerdo. La racionalidad de la argumentación ha dejado de ser la única instancia de
apelación (Habermas, 1981).
MATERIALES Y MÉTODOS
Esta investigación fue de carácter cualitativo con un enfoque hermenéutico y un diseño
fenomenológico con el que se buscó comprender e interpretar el fenómeno, por lo que, la
profundidad en este tipo de investigación social radicó en la naturaleza dialéctica como clave
en la investigación cualitativa de tipo interpretativa. El fenómeno de estudio de este proyecto
se relacionó a la incursión de la diversidad de géneros en la escuela, cuyo foco de interés fue
la disciplina de la Educación Física. De las probables contrariedades entre las ciencias y la
ideología, y las posibles paradojas que se descubran en el proceso.
La técnica para la recolección de datos fue la entrevista semiestructurada cuyo
instrumento comprendió temas relacionados al género, la educación física y al cuerpo. El
instrumento se aplicó a tres docentes de Educación Física de colegios oficiales con una
experiencia mínima de 10 años y con estudios de posgrado. Y a un docente perteneciente a
la decanatura de Educación Física de la Universidad Pedagógica Nacional.
Para dar respuesta a la pregunta de investigación: ¿Cuáles paradojas surgen desde el
profesorado de Educación Física frente a la diversidad de géneros en colegios públicos de
Bogotá? los datos se tradujeron a un lenguaje codificado en categorías como: Educación
Física, diversidad de géneros y cuerpo. El posterior análisis se hizo de manera manual,
categorizando los datos y fueron presentados a través de un documento escrito como capítulo
de una tesis doctoral.
Posteriormente, al proceso de categorización, saturación y estructuración, se siguió a la
circularidad metódica (Leal, 2005), surgiendo nuevas interpretaciones en un proceso de
profundización y “de exploración de detalles o de diferentes perspectivas para tener una visión
holística que guíe a la comprensión profunda de lo estudiado” (p. 91).
De ello, surgieron siete paradojas a las que el profesorado de educación física tendrá
que plantearse posibles alternativas en su quehacer profesional.
La Educación Física frente a la ideología de identidad de género. Paradoja: Libertad de expresión...
Figura 1
Formato de entrevista
Nota. Formato de entrevista semiestructurada que se aplicó a los informantes
clave.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Aproximación teórica a la Paradoja del Lenguaje. La libertad de expresión VS. El
lenguaje inclusivo.
La realidad es reproducida por el lenguaje, es su efecto lógico. La humanidad ha construido
colectivamente un sistema de comunicación que llamamos lengua. El lenguaje expresa la
realidad a través de una estructura binaria de: significante (lenguaje, texto, palabras) y
significado (verdad, realidad). El género gramatical indica si la palabra es masculina,
femenina o neutra, esto último depende del artículo que le acompaña, aun así, en el idioma
español el plural masculino es el inclusivo (reúne) para evitar la pérdida del mensaje por
cacofonía. Ese es el uso lógico y natural (Villanueva, 2021; Errasti & Pérez, 2022; Kuby,
2017).
La tradición cristiana narra que Dios dijo y fue hecho. Esta creencia teológica aspira a
ser copiada y transformada por el ser humano al procurar que sus palabras también tengan
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el poder (impositivo) de crear la realidad. La socióloga alemana Gabriele Kuby aclara que, si
el orador se esfuerza por hacer que la realidad se ajuste al lenguaje, a eso se le llama mentir.
“Posmodernamente también se aduce en ocasiones que el lenguaje crea la realidad, cuando
lo cierto es que las palabras son un epifenómeno de lo que realmente cuenta, que son las
cosas en sí mismas” (Villanueva, 2021, p. 15).
Alterar el significado de las palabras es una forma de pervertir la relación de la realidad
con el lenguaje. El lenguaje es un instrumento ideológico de poder que puede convertirse en
un arma violenta porque puede hacer desaparecer las realidades por la creación de nuevas
palabras o neomorfemas. Es decir, significantes sin significado, lo que es inadecuado para el
diálogo racional de la acción comunicativa. (Villanueva, 2021; Habermas, 1987; Kuby, 2017).
El problema aquí es que la penetración de la corrección política en el lenguaje busca
justamente visibilizar y naturalizar una ideología a través de la imposición de neomorfemas
con el fin de controlar y dirigir la forma de pensar de las personas. El lenguaje inclusivo impide
pensar. El género en el lenguaje concreta los postulados de la IIG. La investigación de Muñoz
(2021), demuestra que en países como México, Argentina y Canadá, se han establecido
nuevas leyes de corte inclusivo que multan a las personas que no ajustan sus palabras a la
ideología predominante.
Ahora bien, si entendemos la política como la capacidad libre de actuar y hablar
(Arendt, 2009), podremos identificar la intencionalidad del cambio del lenguaje, en eliminar o
retorcer los significados de las palabras no deseadas, para normalizar y legitimar una serie
de comportamientos y prácticas que tienen en común el ejercicio de la sexualidad y la
diversidad de expresiones que de ellas se deriven.
Las ideologías son totalitarias, demiúrgicas y esclavizadoras, y esta no es la
excepción. La ideología de la identidad de género ha infectado el lenguaje español
incrustando el termino género como sinónimo de sexo. El género es la piedra angular de sus
postulados y la base estructural del neolenguaje. Para las Naciones Unidas se entiende por
‘lenguaje inclusivo en cuanto al género’ como “la manera de expresarse oralmente y por
escrito sin discriminar a un sexo, nero social o identidad de género en particular y sin
perpetuar estereotipos de género” (párr. 2).
¿Qué persona con sentido común y racionalidad no desea que se elimine, o por lo
menos se reduzca, la discriminación, el sexismo y la opresión? Pues la solución feminista-
trans-queer es cambiar la forma de hablar, porque: “El uso de este lenguaje confuso
encuentra su justificación en la intencionalidad política que se persigue” (Campillo-Vélez,
2103, p. 46).
Para Errasti y Pérez (2022), los neomorfemas gramaticales son uno de los rasgos del
lenguaje inclusivo, por el cual se crean nuevos sufijos con la letra e para el singular y es para
el plural (persones, nosotres, todes). Otro rasgo de este lenguaje es la predilección por el
participio pasivo, que le quita responsabilidad de su situación a una persona que lo emplea
porque indica que está en un estado en el que recibe una acción externa, es decir, no
discrimina sino es discriminado, de ofensivo pasa ofendido, de hiriente a herido. El último
rasgo, es la creación de una complejidad de pronombres nuevos que se adecuan a los miles
de identidades sentidas (elle, elli, le, ellx).
Lo anterior, abre interrogantes a nuevas investigaciones sobre las formas en que el
nuevo lenguaje afecta a las personas con dislexia, disgrafía y todo tipo de trastornos del
habla. Por lo que, sería descabellado desconocer los argumentos que presenta la RAE para
desaprobar los rasgos del lenguaje inclusivo porque es inadmisible el empleo de la palabra
género como mero sinónimo de sexo. “Las palabras tienen género (y no sexo), mientras que
los seres vivos tienen sexo (y no género)”. No obstante, el lenguaje inclusivo justifica sus
neomorfemas en el hecho de que el género gramatical se expresa en masculino, femenino y
neutro, equiparándolas al sexo del género humano. La categoría sexual emplea un lenguaje
que discrimina y margina a las minorías, por ende, para la ideología de género, el ser humano
no se restringe a ser varón o mujer, también debe haber un neutral, un no binario.
Murray (2020), refiere otro argumento del transgenerismo para incidir en el lenguaje.
Este se basa en que el lenguaje es empleado por sociedades racistas, sexistas, homófobas
La Educación Física frente a la ideología de identidad de género. Paradoja: Libertad de expresión...
y tránsfobas de modo que, temas como la justicia social, la política identitaria y la
interseccionalidad se deben visibilizar por medio de un lenguaje políticamente correcto, así la
sociedad con un sentido de culpa es sensibilizada, aprendiendo a identificar estas
discriminaciones y acabará por fin con las opresiones originadas por el sistema patriarcal.
Empero, el autor cuestiona el argumento de que, si nuestro sistema social no funciona,
entonces: ¿Cuál sistema funciona? ¿Con cuál sistema nos comparan? En efecto hay
aspectos por mejorar. “Solo que, cuando uno habla de nuestras sociedades con ese tono
hostil de quien se erige a la vez en juez, jurado y verdugo, tenemos derecho a exigir que se
explique” (p. 255).
Con este razonamiento se incorpora la corrección potica al lenguaje. El lenguaje
políticamente correcto se funda en el mantra de la supuesta invisibilización de la mujer
oprimida por un lenguaje sexista creado por un sistema patriarcal. Lenguaje creado no se
sabe cuándo, ni dónde, ni a cuántas lenguas afectó (Villanueva, 2021). Empero, debe ser
reestructurado en lo que se conoce como desdoblamiento de los géneros lingüísticos. Las
palabras terminadas en “o”, como ‘todos’ y el artículo ‘los’ ya no incluye ni reúnen, sino que
discriminan. El género gramatical no marcado manifestado en las palabras neutras
terminadas en “e” también sucumben a este disparate porque deben ser antecedidas por ‘los’
y ‘las’. El “todos” ahora debe ir acompañado de “todas”, extendiéndose a los adjetivos y hasta
sustantivos de la lengua española. Ciudadanos y ciudadanas, niños y niñas, colombianos y
colombianas, profesores y profesoras, amigos y amigas, los gerentes y las gerentas, los
asistentes y las asistentas, los estudiantes y las estudiantas, etc.
Las profesiones, los cargos y ocupaciones tampoco escapan a la corrección política.
Se exige la titulación como: Abogade, licenciade, psicólogue, entre otros. Frente a esto surgen
inquietudes como: ¿De qué forma se nombraría a electricistas, dentistas, policías o taxistas?
o ¿Cómo nombrar animales como ballena, jirafa o murciélago? ¿Hay alcaldesa, pero no
alcaldeso, presidenta, pero no presidento, jueza, pero no juezo?
Coincidiendo con la investigación de Pons et al., 2022, la reinterpretación de las
normas y ajustar la estructura del lenguaje, hace que el entendimiento lingüístico de la acción
comunicativa pierda su objetividad sólo para dar paso al señalamiento y la acusación de la
subjetiva interpretación particular y de la vigilancia atenta de la policía de género. La escritura
y lectura de cualquier tipo de material bajo estas disposiciones es tediosa y omite la
economicidad del lenguaje. Se hace complicado “dado el uso completamente caótico de los
desdoblamientos del llamado «lenguaje inclusivo» guiones, conjunciones, barras, usos no
desdoblados... ¡en una misma frase! —” (Errasti & Pérez, 2022, p. 86).
De modo que, la falacia del lenguaje sexista desconoce las reglas de la gramática. No
atiende los niveles del léxico, de la morfología ni de la sintaxis. “Las gramáticas no pueden
ser sexistas, de la misma forma que no pueden ser comunistas, anarquistas, liberales o
ecologistas” (Fábregas, Chéliz, Molina, & Martí, 2012, párr.10)
En este orden de ideas, la persona que emplea los neologismos extiende el referente
de su discurso, asimismo, se incluye, lo que da la impresión de ser una persona de prestigio,
sofisticada e intelectual. Y las demás personas de las que habla, se concentran más en la
forma como son mencionadas por separado, esperando una omisión o un leve error para
exigir su inclusión en el discurso (los, las, les; el, ella, elle; todos, todas, todes). El mensaje
pierde su importancia pasando a un segundo lugar.
“¿Quién va a resistir la tentación narcisista de poder hablar sobre sí mismo incluso
cuando no está hablando sobre mismo? [...] La revolución queer podrá ser útil o inútil,
progresista o reaccionaria, pero nadie pondrá en duda que cambiar el mundo cambiando las
palabras es muy barato (Errasti y Pérez, 2022, p. 225).
A lo que Villanueva (2021) reafirma:
De otro modo sería muy fácil arreglar el mundo, simplemente por dejar de dar nombre
a todo lo que en él nos hiere o desagrada: desde las enfermedades y la propia muerte hasta
las injusticias, los agravios y las violencias. ¿Desaparecerían así? (p. 16).
En este punto, nos encontramos con un absurdo que pretende obligar a las personas
a cambiar la forma de hablar, sopena de la sanción o multas. Se aplica la corrección política
Carlos Orlando Guavita Ocampo
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intransigente (Villanueva, 2021). Este sinsentido orwellano, pretende divorciar el significado
de las palabras con su significante. Si las personas son obligadas a cambiar la forma de
expresarse, deben cambiar la forma de pensar y, por tanto, cambiará su forma de ver la
realidad.
Entonces, si un hombre dice ser una mujer, perro, gato, no binario o lo que sea, sugerir
lo contrario es discriminación y transfobia. Es un solipsismo antisocial (Binetti, 2021) cuyo
poder reside en la violencia de la neolengua con ideas como: Yo soy lo que digo que soy y
tienes que referirte a mí con mis pronombres y si me cuestionas te denuncio por opresor. Es
un poder conferido por la sociedad, las leyes y las redes sociales, a personas que exigen
tolerancia sin tolerar, integración discriminando y libertad esclavizando. “Curiosamente, algo
que empezó como una forma de ser s incluyente ha terminado por ser más
segregacionista, en tanto que siempre alguien se sentirá discriminado” (Campillo-Vélez, p.
34).
La emocionalidad del neolenguaje desplaza la racionalidad y suprime el sentido
común. Las razones del otro carecen de validez, son herejías, crímenes de odio, que ni
siquiera son consideradas para ser rebatidas. Debes cambiar tu lenguaje o serás eliminado.
No opongas resistencia, debes filtrar cada palabra para evitar ofender o victimizar a cada una
de las tantas identidades que proliferan. En caso de cometer un desliz lingüístico debes
reconocer tu falta públicamente y autoflagelarte por tu inmoral, despreciable y primitiva
actitud. También debes conocer la variedad de conceptos ligados al nuevo lenguaje.
Heteronormatividad patriarcal, espacios seguros, crimen de odio, microagresiones, micro
insultos, privilegio blanco, mansplaining, TERF, apropiación y exotización cultural, políticas
identitarias, racismo inconsciente, diversidad sexual, derechos trans, transodiante, entre otros
(Kaiser, 2020). Es una especie de jerigonza de género dictatorial que constriñe la libertad de
conciencia y de pensamiento. En pocas palabras, coarta el derecho a la libertad de expresión,
a pesar de que, el lenguaje corriente “sigue indisolublemente ligado al mundo sensorial y a
nuestro sentido común” (Arendt, 1996, p. 280). Como resultado muchos escritores y autores
están optando por una opción más sensata a la hora de expresar sus ideas: el anonimato
(Saad, 2022).
Coincidiendo con Errasti y Pérez (2022), debe prevalecer el sentido común idiomático.
Por consiguiente, cabe preguntarse: “¿Hasta dónde un Estado que está empeñado en hablar
de género, de inclusión y de permisividad, va a tolerar que existan ciudadanos que critiquen
estas posturas?” (Campillo-Vélez, 2013, p. 27).
Esta paradoja ubica al profesorado en una encrucijada porque se encuentra inmerso
en un contexto, que está impregnado de lenguaje inclusivo, en el que debe conducirse
cuidadosamente como en un campo minado, pero también tiene el derecho de defender la
libertad de expresar su pensamiento y opinión. Ys aún, cuando investigaciones como la
de Berg y Kokkonen (2022), concluyen que los estudiantes LGBTQI+ consideran que “las
mejores formas de promover la igualdad en la educación física serían la familiarización de los
docentes con la diversidad de género y sexualidad, la reducción de los estereotipos de género
y el uso de un lenguaje más inclusivo” (p. 368).
Es decir que, para que un estudiante determine si hay o no igualdad en la clase
depende del lenguaje del maestro y de la validación de la diversidad sexual al interior de
clase. El maestro, los contenidos y los demás estudiantes deben adaptar y modificar sus
comportamientos y lenguaje naturales para evitar ofender la subjetividad e identidad sentida.
A esto hemos llegado.
La incursión del lenguaje inclusivo genérico afecta a todas las instituciones y sólo
hasta ahora se está poniendo a discusión las consecuencias problémicas de la paradoja
revelada. El neolenguaje repercute en otros ámbitos que abren la posibilidad de nuevas
investigaciones como las relacionadas a las leyes que normalizan todo tipo de prácticas;
sobre los deseos convertidos en derechos humanos; sobre el derecho a la libertad de
conciencia que se ve afectada al momento de ejercer un empleo; sobre la definición ¿Qué es
mujer? “y el retroceso social y jurídico que suponen las leyes de «identidad de género»”
(Masson & Eliacheff, 2023, p. 8); sobre el tema de la identidad frente a la autoimagen; y, por
La Educación Física frente a la ideología de identidad de género. Paradoja: Libertad de expresión...
último, se debe investigar sobre las implicaciones en la universidad, de cómo afecta la
defensa de la libertad de cátedra, del conocimiento científico y de las verdades que atañen a
la humanidad.
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