Enero, 2025
Vol. 9. No. 19. 32-45
https://doi.org/10.53877/rc9.19-550
Revista multidisciplinaria
e-ISSN: 2602-8247
www.retosdelacienciaec.com
LA RELACIÓN ENTRE EL JUEGO SIMBÓLICO Y EL
DESARROLLO COGNITIVO
THE RELATIONSHIP BETWEEN SYMBOLIC PLAY AND
COGNITIVE DEVELOPMENT
Ginger García Basurto
1
Angélica Paz Rivera
2
María Baque Yoza
3
Ana Quezada Pineda
4
Hugo Yánez Rueda
5
Recibido: 2024-08-14 / Revisado: 2024-10-12 / Aceptado: 2024-11-15 / Publicado: 2025-01-01
RESUMEN
El trabajo analiza la relación entre el juego simbólico y desarrollo cognitivo de los niños en la
primera infancia, mediante esta técnica representan y recrean situaciones cotidianas,
asumiendo roles que fomenta la imaginación, lenguaje y capacidad de resolución de
problemas, permitiéndoles comprender el mundo y relaciones sociales. Analizar mo el
juego simbólico mejora el desarrollo cognitivo, emocional y social de niños, mediante la
adquisición de conceptos abstractos e identidad personal, proporcionándoles bases para el
aprendizaje y crecimiento integral. Se utilizó un enfoque cualitativo basado en revisión
bibliográfica de artículos, libros y bases de datos académicos, seleccionando fuentes
relevantes de alta calidad, para sintetizar e interpretar los hallazgos más significativos del
impacto del juego simbólico en el desarrollo infantil. La aplicación del juego simbólico impacta
en el desarrollo infantil, su capacidad para promover avances significativos en las áreas
cognitivas, emocionales, social y lingüísticas, permitiéndoles construir representaciones
mentales que facilitan el aprendizaje por abstracción, mejorando su capacidad de resolver
problemas y asimilar conceptos complejos. El juego simbólico en los niños fomenta su
aprendizaje, desarrollo emocional y social, porque al realizar actividades lúdicas estimulan la
imaginación y creatividad, aprendiendo a interactuar con su entorno de manera significativa.
Palabras clave: juego simbólico, desarrollo cognitivo, imaginación, inteligencia
emocional, cooperación.
1
Licenciada en Ciencias de la Educación Inicial. Estudiante en la Universidad Tecnológica Indoamérica. Ecuador.
ggarcia23@indoamerica.edu.ec / https://orcid.org/0009-0000-8461-0065
2
Licenciada en Ciencias de la Educación Inicial. Estudiante en la Universidad Tecnológica Indoamérica. Ecuador.
apaz3@indoamerica.edu.ec / https://orcid.org/0009-0008-1640-9851
3
Licenciada en Ciencias de la Educación Inicial. Estudiante en la Universidad Tecnológica Indoamérica. Ecuador.
mbaque5@indoamerica.edu.ec / https://orcid.org/0009-0005-8891-2921
4
Licenciada en Ciencias de la Educación Inicial. Estudiante en la Universidad Tecnológica Indoamérica. Ecuador.
aquezada7@indoamerica.edu.ec/ https://orcid.org/0009-0005-0116-8942
5
Magister en Tecnologías para la Gestión y Práctica Docente e Ingeniero en Sistemas. Docente en la Universidad
Tecnológica Indoamérica. Ecuador. hugoyanez@uti.edu.ec / https://orcid.org/0000-0003-1721-7524
Forma sugerida de citar: García-Basurto, G., Paz-Rivera, A., Baque-Yoza, M., Quezada-Pineda, A. y Rueda-
Yánez, H. (2024). La relación entre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo. Revista Científica Retos de la
Ciencia. 9(19). 32-45. https://doi.org/10.53877/rc9.19-550
Ginger García / Angélica Paz / María Baque / Ana Quezada / Hugo Yánez
Fundación Internacional para la Educación la Ciencia y la Tecnología, FIECYT
33
ABSTRACT
This study examines the relationship between symbolic play and cognitive development in
early childhood. Through this technique, children represent and recreate everyday situations,
assuming roles that foster imagination, language, and problem-solving skills, enabling them
to understand the world and social relationships. To analyze how symbolic play enhances
children's cognitive, emotional, and social development by facilitating the acquisition of
abstract concepts and personal identity, thus providing a foundation for comprehensive
learning and growth. A qualitative approach was employed, based on a bibliographic review
of articles, books, and academic databases. High-quality and relevant sources were selected
to synthesize and interpret significant findings on the impact of symbolic play on child
development. The application of symbolic play significantly impacts child development by
promoting advances in cognitive, emotional, social, and linguistic domains. It enables children
to construct mental representations that facilitate learning through abstraction, improve
problem-solving abilities, and assimilate complex concepts. Symbolic play fosters children's
learning, emotional, and social development. Through playful activities, children stimulate their
imagination and creativity, learning to interact meaningfully with their environment.
Keywords: symbolic play, cognitive development, imagination, emotional intelligence,
cooperation.
INTRODUCCIÓN
El juego simbólico y el desarrollo cognitivo guardan entre una muy estrecha relación, el
juego simbólico constituye un indicador del nivel de desarrollo cognitivo del niño. Ortega Ruiz
(1986), sostiene que el juego simbólico puede considerarse en sí mismo un desempeño
cognitivo. Stein y Migdalek (2017), menciona que el juego simbólico ha sido considerado en
general como una de las mejores fuentes de información de la inteligencia de los niños, como
una manera de que el niño compense sus carencias y como una de las mejores fuentes de
conocimiento de la actividad mental representacional. A través del juego simbólico, el no
vive situaciones diversas con características mentales, psicológicas y emocionales que le
llenan de bienestar.
Las fantasías personales generadas en el juego simbólico se identifican con personas
reales de su entorno y, por tanto, les facilitan respuestas verosímiles (González Moreno,
2015). Por último, juega con situaciones que le resultan placenteras y las rehúye, además,
cuando le resultan desagradables. En definitiva, el juego simbólico es una actividad
personalísima del no que le reporta experiencias internas, adaptativas y optimizadores de
su rendimiento cuando estas son exportadas al entorno externo (Huerta (2011). Por todo ello,
es interesante conocer de primera mano la actividad mental del niño. Los estudios han
demostrado que la adquisición formal de determinados conceptos es función del paso previo
por el juego simbólico sobre la actividad de rol (Peake et al., 2021).
Acurio y Núñez (2019) mencionan que, el juego se convierte en un recurso invaluable
para mejorar las competencias cognitivas y el desarrollo general de la primera infancia. Los
niños simulan roles y situaciones que les ayudan a comprender conceptos complejos y a
procesar experiencias en su entorno de manera significativa. El juego simbólico se posiciona
como una herramienta fundamental en el desarrollo cognitivo de los niños, permitiendo que
los niños asocien ideas, practiquen habilidades y adquieran conocimientos de forma lúdica y
espontánea.
Siguiendo la teoa de Jean Piaget, (1945) en la interacción social del juego simbólico
con los demás es fundamental que en la etapa del desarrollo cognitivo de los niños
desarrollen la capacidad de pensar simbólicamente, lo que significa que pueden utilizar
palabras e imágenes para representar situaciones y objetos (Barreto Zúñiga et al., 2024).Este
tipo de pensamiento es fundamental para el desarrollo de habilidades cognitivas avanzadas,
como la memoria y la planificación, que se consolidan cuando los niños actúan y crean
escenarios imaginarios en su juego. Además, (Salvatierra Melgar et al., 2019)argumentaba
La relación entre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo
que, a través del juego simbólico, los niños pueden experimentar sus emociones de forma
controlada, permitiéndoles enfrentar sus miedos y ansiedad, así como expresar sus deseos
y necesidades de una manera segura y compresible. Esto es particularmente importante hoy
en día, ya que el desarrollo cognitivo y emocional de la primera infancia se considera un pilar
fundamental del aprendizaje y el éxito en las etapas posteriores. El juego simbólico puede
convertirse en un recurso donde ofrece a los niños la oportunidad de adquirir conocimientos
de manera directa y práctica, y directa, así permitiéndoles experimentar ideas y conceptos
antes de enfrentarlos en una situación de la vida real. Por lo tanto Marjanovi Umek y Lewnik
Musek (2001) menciona que, de esta manera, estos primeros juegos simbólicos brindan una
base firme para el crecimiento de habilidades de pensamientos crítico y flexible.
Gara et al., (2018) demostraron la importancia del juego en el ámbito educativo,
sugiriendo que debería integrarse intencionalmente en los todos pedagógicos para
promover el aprendizaje significativo en la primera infancia. La idea de que los entornos
educativos que fomentan el juego simbólico pueden ayudar a los niños a comprender mejor
los conceptos académicos al relacionarlos con situaciones reales o imaginarias que los
propios niños crean y experimentan. Por su parte, pez et al., (2022) destacan que integrar
el juego con el aprendizaje formal enfatiza la importancia de incorporarlo al currículo
académico, en particular durante las primeras etapas, cuando los niños aún están
desarrollando su base cognitiva y emocional.
El juego simbólico no solo fomenta la creatividad y el aprendizaje, sino también
proporciona en una manera para que los niños construyan su identidad y se desarrollen unas
percepciones positivas sobre mismos (González-Sala et al., 2021). En este sentido, el juego
simbólico contribuye al desarrollo integral de los niños, ofreciéndoles herramientas que les
permitan enfrentar y en adaptarse con los desafíos de su entorno. Además, constituye una
experiencia enriquecedora que tiene un impacto duradero en sus vidas. Desde la perspectiva
de la neurociencia, el juego simbólico también es reconocido como una actividad que activa
regiones específicas del en la toma de decisiones y la empatía, lo que refuerza la idea de que
el juego es muy simbólico en el desarrollo integral del niño.
El objetivo principal de este trabajo es analizar cómo el juego simbólico puede mejorar
el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños explora como el juego simbólico facilita
la adquisición de conceptos abstractos y contribuye a la identidad personal, proporcionando
una base sólida para el aprendizaje y el crecimiento integral.
1. Teorías y enfoques sobre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo
El incremento de este tipo de juegos se asocia con la mejoría en el lenguaje, tanto en el
procesamiento como en el uso de unidades lingüísticas mayores que la palabra, como las
frases y oraciones. Estos tipos de juego actúan como un recurso donde los niños pueden
poner en práctica habilidades emocionales y cognitivas. Ortega Ruiz (1986) destaca que el
juego simlico es un ejercicio beneficioso y se recomienda como una herramienta efectiva
en la educación porque a través del cual podemos medir otros semblantes del
perfeccionamiento de habilidades, es por lo que, al ser una actividad agradable para los niños,
ya que facilita realizar actividades concretas.
Por otro lado, el modelo relacionado con el enfoque de la psicología evolutiva hace
hincapié en el papel fundamental del juego simbólico en la construcción del conocimiento en
torno a las características de los objetos, es decir, como una forma de atribuir significado
representacional al mundo circundante (Ortega Ruiz, 1986).
El juego imaginario proporciona a los niños la oportunidad de representar y actuar sobre
la posible naturaleza oculta no directamente visible del mundo e identificar aspectos claves
del espacio que los explore y sean distintos a sus inferencias acerca de los juegos observados
habitualmente. Gil-Espinosa et al. (2018) establecen que, en este modelo, el niño intenta
inferir las características invariantes de los objetos, del mismo modo que pasa a través de
cuatro etapas su conocimiento del propio cuerpo el desarrollo del lenguaje. Cada etapa del
desarrollo del juego simbólico se corresponde a una fase particular en la construcción del
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esquema que denomina teoría del núcleo imaginario.
1.1. Teoría de Piaget sobre el juego simbólico
Piaget señala que en el juego simbólico el niño manipula el mundo real por intermedio del
mundo imaginario, y lo representa en un doble plano que se sobrepasan. Uno de los planos
se dirigirá a la contemplación y otro que dirige la acción (Meneses Montero y Monge Alvarado,
2001). Él experimenta un placer especial, porque el acto le corresponde directamente al
deseo y porque consume el deseo la noción de esfuerzo. A través del símbolo, el niño
modifica la realidad, expresando su poder mágico, y su actividad se derivará hacia el logro
de un objetivo. El juego simbólico le da al niño la posibilidad de acomodarse y adaptarse a
una realidad que modifica a voluntad, y de equilibrarse, de lograr asimilar su mundo afectivo
y cognitivo. Herrera-Occ y Gonzales-Soto, (2023) señalan que el juego simbólico explica la
génesis establecida según los criterios lúdicos para cada etapa de la primera infancia, la
interpretación de la estructura intelectual que se adquiere en esta etapa a través de
herramientas que estimulan y promueven el desarrollo cognitivo y motriz, permite a los niños
el desarrollo de diversas habilidades.
En la etapa sensomotora, el niño construye un esquema sensoriomotor del objeto,
efectúa u obtiene el resultado inmediato de su acción (González Moreno, 2021). El contacto
con el objeto se transforma en el instrumento simbólico, introduciendo el mundo de los objetos
sin contacto con los mismos; donde está jugando con buenas posibilidades de desear, de
llorar, de reír y más adelante a establecer relaciones ricas con los padres. En el juego
funcional, el niño descubre la relación esencial que une las dos fases de un conjunto; el juego
con los elementos que tienen una relación coherente, antes del juego simbólico en el que la
realidad se disocia.
1.2. Teoría sociocultural de Vygotsky
Chaves Salas (2001) menciona que el proceso, en el sentido de que el desarrollo de los
procesos inferiores hace posible el desarrollo de los procesos superiores del niño. Estos
procesos se desarrollan, desde el punto de vista cognitivo, por la intervención constante del
niño con su equipo social próximo, el juego y los sistemas de signos que aprende de ese
grupo. Son, pues, un desarrollo más o menos acelerado, que surge a partir de cada crisis de
edad que es la que hace que se desarrollen las interacciones que harán posible el aprendizaje
de un nuevo campo de signos y a partir del juego del niño que favorece el cambio de
pensamiento personal, propiciando una gama más amplia de opciones funcionales mentales
para poder actuar sobre la realidad, así como un mayor control de la comunicación
interpersonal.
La teoría sitúa el origen de la cognición humana en esa actividad desarrollada por
individuos, pero en un entorno sociocultural de aprendizaje. El objeto que se va a desarrollar
como instrumento para conseguir los propósitos para el niño es el símbolo. Se asegura que
el juego ocupa entre la mitad y tres cuartas partes del día en la vida del preescolar y, por
tanto, no hay que buscar propiedades específicas explicativas de determinados tipos de juego
en el sentido que se proponía, sino que hay que asociar el juego a la función abstractiva
(Caballero Elbersci, 2023). La semántica de los objetos y reglas que se le deben asociar en
el juego del niño ayuda a los sistemas representativos escolares que, a su vez, permiten el
desarrollo del pensamiento en función de problemas más complejos a lo largo de la vida.
2. Beneficios del juego simbólico en el desarrollo cognitivo
El hecho de incorporar la representación como medio de interacción en su repertorio de
habilidades autoriza al niño al aprendizaje por representación, es decir, que le permite
efectuar una preparación válida del medio de forma que las informaciones que le son
necesarias estén siempre disponibles sin precisa presencia del objeto real (Salvatierra Melgar
La relación entre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo
et al., 2019). La estimulación de las capacidades intelectuales en cuanto que les proporciona
medios de representación de considerable alcance en su acción, (Morales Bueno, 2018). A
medida que el niño va pasando por las etapas, mejora su capacidad de emplear esquemas
complejos y abstractos que le permiten organizar su conocimiento. El desarrollo cognoscitivo
no consiste tan solo en construir nuevos esquemas, sino en reorganizar y diferenciar los ya
existentes.
Solo a través de su actividad simbólica es capaz de formarse una imagen mental de la
forma y propiedades de los objetos, de sus operaciones y de los resultados. Enriquecimiento
de la comprensión de la realidad utilizado como medio de asimilación, basando la
comprensión de fenómenos conocidos en sus representaciones, crea un contexto interior que
se manifiesta antes de la asimilación, atrayendo la atención del sujeto sobre los aspectos
relevantes de lo que va a acontecer (Contreras Oré, 2016).
2.1. Imaginación y creatividad
Por lo general, cuando los niños juegan con un objeto, superan su propio uso y asignan roles
imaginarios imitando comportamientos de los adultos. De esta manera, ponen en marcha la
fantasía y desarrollan la creatividad a través del descubrimiento de diversas utilidades a los
objetos (Sánchez Ruíz y Morales Rojas, 2022). Estas actividades influyen de manera
significativa en el desarrollo del niño, ya que fomentan al mismo tiempo otras facultades
derivadas de la expansión de la propia creatividad, como la autonomía, la capacidad de toma
de decisiones y el desarrollo de la confianza en uno mismo.
También se debe considerar que los infantes deben contar con objetos y materiales
adecuados que promuevan su aprendizaje, además de un contexto espacial apto para este
momento, así mismo deben contar con el acompañamiento del docente. Por tal motivo. Se
debe promover el juego simbólico para desarrollar competencias y habilidades para su
aprendizaje, se requiere de una planificación y preparación para facilitar este
aprendizaje (Cubas y Levratto, 2019).
De esta manera, el niño debe adaptarse a las reglas del juego, a la vez diferenciando
más claro esta idea: el juego constituye un escenario de interacción social, donde se da la
oportunidad de interiorizar el lenguaje del grupo, la comunicación no verbal y otros digos
culturales, así como de poner en marcha estrategias de resolución de conflictos para
mantener el grupo cohesionado. Además, entender la realidad a través de conductas sociales
y operaciones internas y externas nos convertiría en adaptativos. Herrera-Occ y Gonzales-
Soto (2023). Por su parte, el juego de imitación en uno solo, que resulta fácilmente visible
gracias al juego simbólico, ayudará al niño a profundizar en el conocimiento de los des y
supondrá una herramienta de auto instrucción. Al ejecutar conductas propias de los demás,
el niño podrá establecer, a través de la retroalimentación y la utilizacn del lenguaje privado,
la relación entre sus acciones y los acontecimientos. Ser capaz de comprender la finalidad
de un mecanismo provoca un sentimiento de control, que a su vez es necesario antes de
intentar manejarlo e influir en él.
2.2. Resolucn de problemas
Una de las tareas a las que se dedican la mayor parte de los nos es la resolución de
problemas. En situaciones de juego, incoherencias, interferencias y fracasos instrumentales
llevan a estados de desequilibrio que son el motor de la exploración entre objetos. Torregrosa
et al., (2020) menciona que a medida que los niños exploran, redescubren y generalizan
regularidades ocultas a través de operaciones simbólicas, tales como ensayar soluciones,
crear y combinar esquemas de representación e interpretar señales. Esta actividad desarrolla,
entre otras competencias, una expectativa de resultados futuros. Diferentes trabajos
consideran la anticipación como una manifestación básica del pensamiento científico o como
un resultado del desarrollo.
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2.3. Comprensión de roles y perspectivas
El juego implica asumir un papel ficticio que puede ser igual al del otro o de carácter opuesto.
Es interesante observar si el niño logra asumir roles de personajes con diferentes niveles de
jerarquía en una historia; es la tendencia del no/a elegir roles dominados o dominantes la
que se pone de manifiesto Yacine, (2017). Posiblemente, la propiedad del juego que más
variantes posibilite sea la comprensión de la intención comunicativa. En la comunicación
interindividual juvenil, se destacan varios aspectos. Un alumno mayor entiende dar
explicaciones y el otro a aceptarlas, pero pueden permearse ambas conductas si sus
interacciones son con iguales o si alguno de ellos ejerce roles superiores (Espinoza y Taut,
2016).
Es fundamental destacar que en la actualidad el juego se considera una herramienta
educativa valiosa para los docentes, por lo que debe ser incluido en las propuestas para los
niños, quienes deben ser siempre el enfoque principal de la labor pedagógica del maestro. A
través del juego, los niños obtienen las herramientas necesarias para su desarrollo integral y
para comprender el entorno que les rodea (López et al, 2022).
El juego puede ser considerado como auto comunicación habitualmente, este modelo
de auto comunicación prevalece hasta los seis u ocho años para situaciones no escolares
que son aquellas en las que las funciones egocéntricas prevalecen. La transición del juego
semiótico de los preescolares al pensamiento simbólico puede explorarse con la tarea de los
tres calcetines, si el niño/a es capaz de ver. Puede observarse cómo se redacta el relato con
el que el infante ha seguido la historia, y mo mezcla las configuraciones espaciales, así
como la lógica de su duración.
3. Importancia del juego simbólico en la infancia
Durante la etapa del juego simbólico, se hacen evidentes los primeros intentos del niño por
trasladar la realidad circundante a una actividad del pensamiento privada y subjetiva,
mostrándose nuevas posibilidades de la memoria, el pensamiento y el lenguaje (Faure
Bascur, 2018). El juego simbólico tiene tambn importancia para la afectividad. El niño se
proyecta al mundo real mediante sus objetos familiares, lo que le proporciona un sentimiento
de seguridad al manejar de manera simbólica la relación con las personas del entorno
(Talavera-Sánchez, 2023).
No por ser juego deja de ser una actividad seria, hasta el punto de que se ha
denominado a este período como de inteligencia intuitiva. El niño, durante este período, es
creador constante; crea adjetivos y verbos, engendrando nuevas palabras por asociación de
ideas y conceptos Vega Batista et al, (2015). Las palabras ya no son instrumento de
satisfacción de las necesidades vitales urgentes, sino de actos más complejos como el juego
simbólico.
Es una experiencia vital de la infancia. Es un juego libre que apenas necesita
condiciones, aunque se favorece si se preparan los espacios, objetos y tiempos de
dedicación. No necesita que se enseñe, aunque sería importante que tuviera más presencia
en la planificación educativa de la etapa 0-6 años (Huerta, 2011).
4. Etapas del juego simbólico
El juego simbólico es una etapa fundamental en el desarrollo cognitivo e imaginativo de los
niños, ya que implica el uso de objetos, acciones o palabras para representar algo más allá
de su uso o significado inmediato (González et al, 2022). Jean Piaget, uno de los principales
teóricos en el desarrollo infantil, identificó que este tipo de juego se desarrolla especialmente
durante el período preoperacional (2-7 años), cuando los niños comienzan a usar la
imaginación para imitar o recrear situaciones que han observado. Existen dos etapas en el
juego simbólico: Juego pre simbólico se da en los dos primeros años, donde el juego consiste
en repetir y variar sus movimientos, mediante los cuales el niño obtiene placer o satisfacción,
La relación entre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo
es denominado juego motor o funcional, pues se basa en el descubrimiento y dominio de las
capacidades motoras, en esta etapa es necesarios juguetes que provocan sorpresa y avivan
los sentidos para provocar un movimiento (Gonzales-Soto, 2023).
4.1. Juego funcional
El juego funcional se refiere a un tipo de juego en el que los niños utilizan objetos y
herramientas de manera práctica y con un propósito específico Bhatia, (2008). Este tipo de
juego es común en la infancia temprana y se caracteriza por la repetición de acciones que
permiten a los niños explorar las propiedades de los objetos y aprender sobre su
funcionamiento. Sanz Cano (2019) menciona que el juego funcional suele incluir actividades
como construir, apilar, clasificar o manipular objetos, y es fundamental para el desarrollo
motor, cognitivo y social.
4.2. Juego simbólico simple
El juego simbólico como un tipo de juego en el cual el infante intercambia activamente movido
por su deseo significantes y significados para trasladarlos a objetos que originalmente
denominaba otro, el niño metamorfosea un objeto en otro o atribuye a su muñeca acciones
análogas a las suyas, Paralelamente, el juego vygotskiano está compuesto por dos
elementos, la situación imaginaria y las reglas, lo cual revela un primer punto de conflicto
respecto al concepto de juego, para Piaget, las reglas serán introducidas más tarde, junto con
la imposición social interactiva del juego, sin embargo, para Vygotsky el juego es
inherentemente reglado, el autor argumenta el atributo esencial del juego es una regla que
se ha convertido en deseo (Jaramillo Naranjo y Puga Peña, 2016).
Se podría decir que la diferencia más prominente en el estudio del juego simbólico radica
en la misma concepción de símbolo, al respecto Piaget afirma que la formación del símbolo
lúdico no es debida a la influencia del signo o la socialización del orden verbal, es necesario
que se explique por el trabajo anterior de la asimilación (Delfin y Wang 2023).
4.3. Juego simbólico complejo
El juego simbólico explica la génesis establecida según los criterios dicos para cada etapa
de la primera infancia, la interpretación de la estructura intelectual que se adquiere en esta
etapa a través de herramientas que estimulan y promueven el desarrollo cognitivo y motriz,
permite a los niños el desarrollo de diversas habilidades. Se basó en una revisión sistemática
de la literatura bajo el método inductivo, paradigma positivista, con enfoque cuantitativo, con
un diseño narrativo de tópico de tipo documental exploratorio que se ajusestrictamente a
las directrices establecidas en la declaración Prisma (Herrera-Occ y Gonzales-Soto (2023).
Se reconoció por medio de los hallazgos triangulados de información que el juego
simbólico en el desarrollo de competencias se fundamenta en cinco vertientes: juego
simbólico, aprendizaje, materiales, entornos de aprendizaje y rol del adulto; asimismo, se
enmar en el sentido de producción de conocimiento que podría subsidiar la prevalencia de
la importancia de intervención de los juegos simbólicos para profesionales que actúan en
contextos de educación y salud con enfoque en la promoción del desarrollo socio cognitivo y
lingüístico en los primeros años de vida (Majumdar, 2020).
Kazi y Galanaki, (2020) menciona las teorías más destacadas del juego y se encuentra
con la teoría de Piaget y la teoría de Vygotsky, para comenzar por la teoría de Piaget, ha
relacionado el desarrollo de los estadios cognitivos con el desarrollo de la actividad lúdica, en
donde las diversas formas de juego aparecen a lo largo el desarrollo infantil y se tiene en
cuenta dos componentes que presupone toda adaptación inteligente de la realidad
asimilación y acomodación y el paso de una estructura cognitiva a otra. ha comentado que la
teoría piagetiana señala: El caso extremo de asimilación es un juego de fantasía en el cual
las características físicas de un objeto son ignoradas y el objeto es tratado como si fuera otra
cosa.
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Por el contrario (Gray, 2017) se muestra muy crítico con la teoría de Groos respecto al
significado de juego y hace referencia a que el juego lo que realmente lo caracteriza es que
en él se da el inicio del comportamiento conceptual o guiado por ideas, para este autor la
esencia del juego se encuentra en una situación imaginaria, en donde las interacciones y el
lenguaje es el principal instrumento para la trasmisión cultural, esto se logra en el momento
que el niño domina las habilidades que están a punto de ser adquiridas zona de desarrollo
próximo. El juego también contribuye a crear condiciones idóneas para que el niño se
despliegue en estructuras de personalidad cada vez más complejas.
5. Factores que influyen en el desarrollo del juego simbólico
El juego simbólico está relacionado con varios factores tanto del niño como del entorno
(Ramírez López, 2018). Por un lado, sin un desarrollo cognitivo normal, el niño no dispondrá
de la capacidad suficiente para el uso de las funciones simbólicas. Un segundo factor
relacionado con el niño sería el repertorio de juegos y juguetes, es decir, a más habilidades
simbólicas, más variedad de juegos y juguetes con los que jugará, desarrollará nuevas
habilidades y necesidades y, a la vez, con el juego desarrollará destrezas (Talavera Sánchez
2023).
El juego simbólico ayuda a desarrollar habilidades cognitivas y emocionales, como la
autorregulación y la resolución de problemas, y facilita la creacn de relaciones seguras y
estimulantes entre el niño y sus cuidadores. Este tipo de actividad también esvinculada con
el progreso de la función ejecutiva, la cual ayuda a los niños concentrarse (Yogman et al,
2018). El entorno en que se desenvuelve el niño y el tipo de interacción que tiene también
influye; por ejemplo, en contextos muy dirigidos por el adulto es menos probable que aparezca
el juego simbólico frente a otro tipo de juego. Por un lado, para que aprenda a jugar, antes ha
tenido que observar juegos y participar en ellos, por lo que es más probable que aparezca el
tipo de juego que se ha observado, o que haya recuperado una situación al jugar; pero
también que al ver que no castigan, sino que suelen elogiar el juego, este tipo de juego atraerá
más la atención del niño.
5.1. Ambiente familiar y cultural
En una familia, los padres se consideran responsables de gran parte del desarrollo cultural y
emocional de sus hijos durante los primeros años de vida. Sabiendo esto, es fundamental
estudiar la forma en que se produce el aprendizaje en el seno de la familia, utilizando un
modelo experimental para tener en cuenta las diferentes características de cada estructura
familiar (Nuñez-Naranjo et al, 2020).
La familia actúa como un medio que comunica los conocimientos y patrones de conducta
propios de la sociedad en la que se desarrolla el individuo, por lo que podría ser vista como
un microcosmos cultural. Hurtado-Mazeyra et al. (2023) indica que los miembros de la familia
se mantienen entre ellos y con el resto del mundo que muestra características culturales,
sentido de pertenencia, amor y solidaridad, que están bien motivados. La familia hace lo
mismo que el grupo étnico; ayuda al individuo a socializarse en los contextos culturales en
los que se desarrolla, ofreciendo un modelo de creencias y actitudes empoderantes,
abatimiento de afectos emocionales, etc. De acuerdo con Bronfenbrenner, el crecimiento de
un niño se ve influenciado de manera significative por su entorno, incluyendo la familia y la
cultura en la que se desarrolla (Bronfenbrenner 1979).
5.2. Interacción con pares y adultos
Zelazo y Carlson, (2020) pusieron de manifiesto mo los adultos intervenían, provocando
discusión alrededor del día del contrato y pudiendo constatar mo los niños,
progresivamente, adquirían habilidades que les permitían participar en el mismo. Los adultos,
ya sea en roles de padres, maestros o cuidadores, actúan como referentes y crean un entorno
La relación entre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo
seguro para que los niños puedan desarrollar sus habilidades sociales. Estas conexiones
permiten a los niños recibir retroalimentación, lo que les ayuda a regular sus emociones y
comportamientos.
Ello los llevó a la definición de lo que llamaron zona potencial de desarrollo, la cual refleja
la posibilidad de un niño, si dispone de ayuda, para interactuar exitosamente con un par, es
decir, la cercanía entre su nivel de desarrollo individual y el nivel que es capaz de realizar con
ayuda del par. Vygotsky ponía de manifiesto cómo los niños adquieren conocimientos y
dominan habilidades que les permiten actuar individualmente en una amplia gama de
situaciones a partir de sus interacciones cara a cara con los menos expertos, destacando una
colaboración que no es exenta de conflictos (Duque Serna & John Packer, 2014).
Álvarez González (2010) menciona que el proceso de internalización, un proceso
fundamental para el desarrollo cognitivo a partir del cual el individuo va construyendo
herramientas y nuevos procedimientos que le permitirán realizar de forma cada vez más
independientes tareas cada vez más complejas.
Además, estudios recientes indican que el contacto con personas adultas, sobre todo
en contextos de educación, promueve el crecimiento de capacidades complejas Hincapié et
al. (2023), resalta que los adultos no solamente dan enseñanza directa, sino que también
modelan conductas y principios.
6. Estrategias para fomentar el juego simbólico en el entorno educativo
Dada la importante relevancia del juego simbólico en el desarrollo del no, mediante su
promoción se potencia un aprendizaje significativo (Moreira, 2017). En este sentido, a
continuación, vamos a proponer una serie de estrategias que se pueden seguir para fomentar
este tipo de juego en el entorno educativo. Estas estrategias se dirigen a los profesionales
que trabajan en el entorno educativo y suponen un conjunto de orientaciones sobre cómo
deben intervenir con los niños y mo modificar el entorno para promover el desarrollo del
juego simbólico.
Luz Elina Caicedo Quiroz, (2019) menciona que los estudiantes pueden crear nuevas
realidades basadas en sus intereses y necesidades utilizando materiales no estructurados
como bloques, telas y objetos naturales, lo que ayuda a enriquecer su capacidad simbólica y
promueve el aprendizaje independiente. El papel del profesional se debe favorecer mediante
una observación sistemática y minuciosa el juego simbólico de los niños, así como apoyarlos
y fomentarlos. Es importante reconocer este juego simbólico como un eje esencial en el
desarrollo integral del niño. La disposición de los juguetes en el aula debe ser oportuna para
que el niño pueda inventar y crear; de ahí la importancia de rotar, es decir, cambiar de lugar.
Aporta un conjunto heterogéneo de materiales ha de ser un principio básico. La
supervisión de las actividades a través del juego es importante. Las programaciones han de
tener en cuenta especialmente los espacios, los tiempos y la selección de aquellos elementos
que promuevan contenidos de juego simbólico (Ruiz de Velasco Gálvez & Abad Molina,
2023). No limitarse a dar indicaciones para manipular el material en forma de juego o
representación; es necesario programar situaciones vividas por el alumnado que sean de
impacto. Convendría, en todo caso, programar alguna participación del educador de forma
simbólica participando del juego imaginario.
Cuando los niños aprenden a compartir roles, turnos y materiales, adquieren habilidades
sociales fundamentales para vivir en sociedad. Caicedo (2019) menciona que el juego
simbólico brinda a los estudiantes la oportunidad de practicar la resolución pacífica de
conflictos, al recrear escenarios de la vida diaria que implica negación y respeto mutuo.
7. Evaluación del juego simbólico en el desarrollo cognitivo
Para evaluar el juego simbólico, es necesario notar como los niños cambian objetos y roles
en sus juegos y como esto se relaciona con el progreso de otras habilidades cognitivas, como
el habla y la memoria. Mediante herramientas de observación, los docentes pueden detectar
el grado de complejidad en el juego simbólico, el cual comienza con las imitaciones básicas
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y progresa hacia las representaciones creativas y complejas (Bonilla-Sánchez et al., 2019).
8. Aplicaciones Prácticas en el Ámbito Educativo
La observación y la evaluación de las actividades lúdicas en los ámbitos educativos y clínico
pueden servir para examinar el mencionado potencial de desarrollo ya que han demostrado
ser útiles para evaluar el potencial de crecimiento cognitivo y emocional de los niños (Velasco
Suárez et al., 2024). Además, se pueden aplicar programas educativos y clínicos orientados
a enriquecer las posibilidades de empleo del juego simbólico por parte del niño. En la escuela,
particularmente en los primeros ciclos de la instrucción primaria, el juego simbólico es
utilizado como actividad semiestructurada en algunos programas.
Mediante la implementación de programas educativos y clínicos, se pueden potenciar
las posibilidades laborales del juego simbólico, promoviendo un ambiente de enseñanza que
estimule la experimentación, la creatividad y el manejo de las emociones (Álvarez González,
2010). Diversas técnicas actuales de evaluación psicológica infantil contienen subpruebas
que pueden ser interpretadas desde el punto de vista del juego simbólico, lo cual facilita un
valioso conocimiento para aconsejar la orientación adecuada de actividades extracurriculares
que puedan incrementar la utilización del juego simbólico en su potencial de desarrollo.
MÉTODOS Y MATERIALES
Este trabajo se utilizó un enfoque cualitativo basado en una revisión bibliográfica, con el
objetivo de analizar la relación entre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo, emocional y
social en los niños. Para ello, se realizó una búsqueda de informacn en bases de libros y
artículos cienficos. El enfoque cualitativo permitió interpretar y sintetizar los hallazgos más
destacados, brindando una perspectiva integral sobre el impacto del juego simbólico en el
desarrollo infantil. La técnica utilizada para la recolección de datos fue la revisión documental,
mediante la cual se analizaron artículos científicos y libros especializados. El análisis de los
datos se realizó mediante el método de análisis de contenido, el cual facilitó la identificación
de patrones y relaciones significativas sobre el impacto del juego simbólico en el desarrollo
infantil.
El desarrollo del proceso investigativos incluyó diversas etapas organizadas
sistemáticamente. En primer lugar, se definieron palabras clave relacionadas con el juego
simbólico y sus implicaciones en los ámbitos cognitivo, emocional y social. Se efectuó una
búsqueda detalla en bases de datos académicas reconocidas con el fin de recopilar
información. Finalmente, los datos se organizaron y sintetizaron, destacando los hallazgos
más importantes que proporcionan un enfoque integral sobre el impacto del juego simbólico
en el desarrollo infantil.
La relación entre el juego simbólico y el desarrollo cognitivo
RESULTADOS
Figura 1
Áreas del Desarrollo Cognitivo mejoradas por el Juego simbólico
Nota: Distribución de las áreas del desarrollo cognitivo mejoradas
por el juego simbólico, según los resultados del análisis realizado
sobre efectos en niños en edad temprana.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en este estudio refuerzan la idea de que el juego simbólico juega
un papel crucial en el desarrollo cognitivo de los niños. Como se observa en los datos
presentados, el juego simbólico parece tener una influencia significativa en áreas clave como
la creatividad, la memoria de trabajo, la teoría de la mente y la resolución de problemas.
En cuanto al desarrollo de la memoria de trabajo, los resultados indican que los niños
que participan en juegos simbólicos muestran una mayor capacidad para organizar y
manipular información de manera eficiente. Esto coincide con la perspectiva de (Diamond,
2013) quien señala que los juegos que requieren el uso de la imaginación y la representación
simbólica activan y fortalecen las funciones ejecutivas del cerebro, especialmente la memoria
de trabajo. Al jugar roles o crear escenarios, los niños deben recordar y aplicar diferentes
piezas de información de manera simultánea, lo que mejora su capacidad de procesamiento
cognitivo
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30%
25%
20%
15%
10%
Mejora de la
creatividad
Desarrollo de la
memoria de trabajo
Desarrollo de la
teoría de la mente
Mejoras en la
resolución de
problemas
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