extensión normal los dedos se mueven de forma conjunta y se extienden hasta la
posición recta (Velázquez-Sánchez et al., 2007, p. 178).
Dentro del proceso de concreción de la compresión de las funciones morfológicas de las
manos y dedos, se debe también entender los rangos de movimiento de flexión y extensión
de las falanges distal y media, estos contemplan “la abducción y la aducción se miden a partir
de la línea axial de la mano, todos los dedos se separan en arcos de aproximadamente 20°,
mientras que en aducción se juntan y tocan entre sí” (Velázquez-Sánchez et al., 2007, p. 178).
Es por ello que se debe tomar en cuenta como parte del trabajo de construcción del arquetipo
de movilidad, los rangos, entre los cuales, justamente entran “El pulgar puede abducirse en
el plano de la palma (0°) o en ángulo recto en la abducción palmar (AP) hasta los 70°” (Cailliet,
2005, p. 168). En este sentido el pulgar adquiere especial relevancia dentro de la construcción
del sistema dadas las caracteristicas del movimiento y biomecánica que este representa al
momento de replicar dicha acción, esta consiste especialmente en;
En los movimientos de alejamiento del lado radial del índice en la palma de la mano.
La abducción es el movimiento de alejamiento de la palma en un plano perpendicular
al plano de dicha palma. La flexión es el movimiento de alejamiento de la palma hacia
el lado cubital. Los dedos 2, 3 y 4 se flexionan hacia adelante. En el quinto dedo la
extensión involucra a todas las falanges. La abducción se realiza mediante el
alejamiento de la palma a lo largo de su propio plano. La flexión es de 90° en la
articulación metacarpofalángica (Cailliet, 2005, p. 166).
Dentro de las implicaciones dentro de la construcción del modelo tambien una variable
relevante que debe ser tomada en cuenta, es los grados de libertad, dado que “Para el análisis
estático de los dedos se debe tener en cuenta las longitudes de las falanges, el peso, la
gravedad, el punto de inserción del musculo, el centro de articulación y puntos de contacto
entre las falanges” (Andrade Zeas y Zúñiga Tenesaca, 2011, p.46). Comprendidos estos
componentes cabe tambien señalar los movimientos básicos dentro de las funciones de la
mano y dedos, estos, fueron taxonomizados:
En 1919, Schlesinger desarrolló una clasificación de la taxonomía para el estudio de
la destreza de las manos humanas. Este autor agrupó en cinco categorías las
estrategias de agarre de la mano: agarre cilíndrico, de punta, de gancho, de palma
(Palmar), esférico y de lado (Lateral) (Pizarro de la Hoz y Rincón Sánchez, 2012, p.
29).
Dentro de los elementos trascendentales de la comprensión de los movimientos de la mano
entra el llamado alfabeto dactilológico también señalado como lenguaje de señas. La idea de
estos es justamente imitar los movimientos, arcos y demás características fundamentales de
la mano, por ejemplo, la letra P y W (Andrade Zeas y Zúñiga Tenesaca, 2011). Esto, en
principio nos permite observar los complejos entramados al momento de la ejecución del
movimiento y sirven además para acoplarlas al sistema de movilidad pasiva que se construyó.
En tanto a la definición de sistemas de movilidad pasiva se desarrolló un prototipo, el cual
se comprende como “un modelo (representación, demostración o simulación) fácilmente
ampliable y modificable de un sistema planificado, probablemente incluyendo su interfaz y su
funcionalidad de entradas y salidas” (Maner, 1997, prrá.1). Dada la falsación del modelo, la
propuesta está destinada justamente a la aplicación a largo plazo para su posterior evaluación
complementaria. Continuando con la definición de sistema de movilidad pasiva, este:
Consiste en movilizar las extremidades de la persona a través del movimiento de
articulaciones con el objetivo de mejorar y mantener la capacidad de movimiento,
evitar rigideces y dolor en las articulaciones y mantener el tono muscular en lo posible.
Estas maniobras son una buena herramienta de auxiliares y asistentes personales en
su trabajo diario con personas encamadas o en los casos de personas mayores con
limitación de movimiento o síndrome de inmovilidad (Loro, 2014, párr. 5).
Dentro de la amplitud del sistema de movilidad pasiva, existen una serie de clasificaciones
que determinan su tipo. En el caso de la propuesta hemos optado por un sistema mecánico,
el cual, es una serie de “sistemas de movilización automatizada: rodilla. No evidencia
diferencias con los sistemas manuales. Precisa largos tiempos de aplicación. Enfermo