2. Dilemas educativos desde una dimensión comportamental
El ambiente comportamental dependerá en cierta medida, de factores familiares, sociales,
culturales o educativos, presentes en los estudiantes, demostrados en actuaciones de
observancia a la normativa establecida en la institución educativa. Tomar decisiones bajo la
premisa de una convivencia armónica, de respeto mutuo entre los actores educativos,
conlleva a confrontar dilemas en el entorno pedagógico.
Uno de los elementos que forma parte de la dimensión comportamental, es la
honestidad académica, manifestada a través de las conductas individuales de los estudiantes,
en la presentación de trabajos, tareas e informes de autoría propia. Por el contrario, la copia
o plagio del trabajo intelectual, es considerada como acciones de deshonestidad (Torres y
Juárez, 2014). Los comportamientos deshonestos de apropiación del esfuerzo ajeno, pueden
causar frecuentes dilemas al docente. Por ejemplo: cuando uno o más estudiantes realizan
la tarea con responsabilidad, para luego facilitar a los compañeros de clase, quienes copian
de forma total o parcial; la transcripción de información de la red, obviando citar al autor; casos
de apropiación de tareas de otros compañeros, entre otros.
En el contexto comportamental, se pueden presentar estudiantes que se niegan a
trabajar en equipo y prefieren trabajar solos, esta situación que dependiendo de las
condiciones en las que se presente, puede resultar incluso favorable en función de los
intereses individuales y colectivos, sin embargo; considerando el carácter social de la
educación conforme a lo señalado por Vygotsky, es imprescindible que se fomente el trabajo
en equipo. Es ahí que, el docente debe buscar e implementar estrategias metodológicas
cooperativas para fomentar la participación, sin que, el estudiantado se sienta obligado. Es
decir, con el empleo de procedimientos lúdicos, por ejemplo, se conseguirá que los
participantes se involucren sin dirigirse especialmente a la individualidad. Aunque, los
conflictos causados por la poca o nula aportación de los alumnos al cumplimiento del trabajo
en equipo, son una posibilidad para la presencia de dilemas. Por lo tanto, la capacidad de los
maestros en implementar estrategias metodológicas y didácticas apropiadas reduce el riesgo
de caer en los referidos dilemas. En tal sentido, la promoción del trabajo en equipo, el
compromiso y la solidaridad, es de suma importancia para mantener un ambiente tranquilo
que conlleve al alcance de los objetivos educativos con calidad y excelencia, pero, sobre todo,
orientado a la satisfacción socio escolar de educandos y educadores. Es importante marcar
la idea, de que el ambiente escolar debe estar dinamizado por buenas relaciones, trabajo en
equipo, empatía, solidaridad, lo cual, contribuye al aprender a convivir; en base a los
principios de la educación, como se señala en el informe de Delors.
Cuando falla la comunicación en el entorno escolar se pueden generar dilemas
vinculados al comportamiento disruptivo de los estudiantes, tales como: confrontar constantes
interrupciones mientras el docente desarrolla la clase; insultos propiciados por estudiantes
hacia uno o más actores educativos de manera premeditada; situaciones de enfados
constantes del estudiante; agresiones físicas entre compañeros; entre otros. Además, el
docente puede verse inmerso en casos dilemáticos de: abandono del estudiante de las
actividades escolares; fugas; intimidación; destrucción de bienes institucionales; o algún
hecho de violencia.
Otras situaciones dilemáticas, pueden emerger mientras se desarrolla el acto
pedagógico, por ejemplo: ingesta de alimentos; uso de objetos distractores de la clase; uso
inadecuado del uniforme. Enfrentar la situación desde una posición disyuntiva, donde se
mantenga la disciplina, se retome la atención del grupo de estudiantes, se corrija el
comportamiento disciplinario, o hacer caso omiso de la situación, y continuar la clase, se
convierte en un dilema.
Los docentes enfrentan dilemas debido a la inasistencia de los estudiantes. Por
ejemplo, si un estudiante trabaja, o falta por alguna razón, debe decidir si es procedente
registrar o justificar la falta, o tomar decisiones que regulen las asistencias al establecimiento
escolar. Del mismo modo, enfrentar casos de atrasos, con estudiantes que viven distantes a
la institución educativa, sin facilidades de transporte, se puede consensuar la hora de ingres;