de historias cortas. En este sentido se asevera que, la escritura y lectura de cuentos, la
descripción escrita de hechos, y; la producción de historias cortas en la educación elemental,
son aplicadas con elevada frecuencia, es decir, prácticamente la mayoría de docentes recurre
a estas posibilidades mientras enseñan la lectoescritura. Este dato, coincide con hallazgos
de Flores (2019), quien, investigando en la Universidad de Alicante, destaca que
prácticamente todos los docentes de educación inicial aplican narrativas de cuentos,
leyendas, historias en el proceso referido. Esta coincidencia, seguramente se debe a
posibilidades de la narrativa. Nótese que, López (2015), afirma que los niños disfrutan de la
narrativa, y ello, debe ser aprovechado por los docentes de los niveles iniciales para la
enseñanza, más aún, si se trata del fortalecimiento de la lectoescritura. Mientras se narra, se
potencia la imaginación, la creatividad y se da lugar a la memorización reflexiva de palabras
que se asumiendo como conceptos, proceso esencial, del aprendizaje.
Sin embargo, Peterson y McCabe (1983) realizan un trabajo amplio centrado en el
discurso narrativo infantil. Ellas proponen tres tipos de análisis psicolingüístico para este tipo
de discurso: análisis de punto culmine, análisis episódico y análisis de dependencia.
Reflexionan que el abuso de la narrativa hace niños dependientes de una estrategia
generalmente recreativa. Por tanto, si bien, es conveniente aplicar la narrativa como
estrategia, los docentes, deben dosificar su uso para evitar la situación señalada por las
autoras. Es decir, tienen la responsabilidad de aplicar metodologías diversas. Pero
aprovechar de la narrativa, en los momentos precisos, es decir, su uso debe ser oportuno,
pero sobre todo pertinente. Los aportes de Labov y Walesky (1967) y de Labov (1972),
demuestran el discurso narrativo espontáneo, las experiencias y la expresión oral de los
estudiantes plantean la superestructura de las experiencias personales como un entramado
textual de gran interés para los escuchan despertando así, la motivación a la comunicación
lingüística y el desarrollo de la imaginación.
De este modo, Labov (1972), demuestran a la narrativa como “un método de recapitular
la experiencia pasada, haciendo coincidir una secuencia verbal de cláusulas a la secuencia
de acontecimientos que realmente ocurrieron” (p. 359). Asimismo, destaca los elementos que
conforman la superestructura definen a la narrativa plenamente constituida, o como él, lo
denomina “la estructura general de una narrativa”
Entonces está limitado el discurso el discurso narrativo, la expresión y el relato de
experiencias facilitan expresión de los estudiantes seguros fomentan, espontaneidad al
momento de expresarse, de esta manera, permite el desarrollo, los resultados aseveran que
el 70% de las docentes dicen que emplea como aspecto teórico el desarrollo cognitivo
desarrollado como estrategia de enseñanza, desde la narración, el 60% desde la construcción
de frases cortas y el 45% desde la estructura gramática. Pimat (2020), se refiere a una
narrativa desarrollada en la expresión gestual, como es el cine mudo estrategia recursiva que
permite mejorar la expresión corporal en las que se desarrolla habilidades poco empleadas y
exploradas por los docentes. Sipe (2002), dentro de la literatura, las narraciones, el relato de
historias cuentos, los personajes permiten crear conexiones con los personajes del texto y lo
relacionan con experiencias de su vida creando un canal de doble vía la historia del texto y la
vida personal permiten interiorizarse en la lectura relacionar y elevar su interés interiorizando
la lectura en vivencias y experiencias de carácter personal. Nótese que esta relación conlleva
sentimientos y emociones con las que podemos atrapar al lector.
Se podrá notar que la estrategia narrativa es poco aprovechada como estrategia de
enseñanza solo se aprovecha los cuentos, historias, cómo instrumento de recreación más no