que se basaba en refuerzos positivos y negativos, puesto que se comprende que la
imitación de una conducta se puede dar en base a otras circunstancias porque son
en su mayoría aprendidas y no innatas (citado en Paredes, 2006). Por ello es que se
llegó a comprender que el aprendizaje por observación sucede a través de procesos
intermedios entre estímulos y respuestas, entendiéndose a dichos procesos como
cognición.
A mayor detalle, se rescata que la teoría del aprendizaje a través de lo social y
la cognición; expone que el comportamiento se aprende a través de la observación,
por medio de la cual se adquieren conocimientos, reglas, habilidades, estrategias,
creencias y actitudes; por consiguiente, el aprendizaje se da por la asociación de los
símbolos presentes en un ambiente como los estereotipos y comportamientos
propios de una cultura y todo lo que a ella respecta y por lo tanto, es posible deducir
cómo los procesos cognitivos de la persona y el medio interactúan entre sí para
desarrollar comportamientos y conocimientos, para finalmente entenderse la
construcción de la autoestima según los modelos que traducidos a un contexto
determinado, se presentan como deseables o adecuados dependiendo donde se
encuentre una persona pues se suscita el proceso de imitación u observación del
modelo, refiriéndose a los estándares vigentes en la misma.
Durante este trabajo investigativo se menciona repetidamente a cada una de las
variables abordadas, siendo estas: inteligencia sexual, autoestima y adultez. Por
consiguiente y para comprender de mejor manera cada una de ellas, se ha hecho
necesario elaborar una conceptualización referente a dichos temas.
La Inteligencia sexual que es la primera de las variables, término que fue
descrito en el 2002, por Conrad y Milburn, quienes proponen un medio a través del
cual se obtiene un coeficiente sexual y conocer hasta qué punto una persona está
contenta con su vida sexual, en este sentido se refieren:
La capacidad de aprender a conocerse, valorar, liberarse del miedo y de la
culpa, de ser capaces de informarse y aprender más acerca de la sexualidad, así
como también descubrir que el sexo es mucho mejor cuando hay amor, apertura y
respeto hacia la otra persona.
Por el contrario, existen personas limitadas en este aspecto pues solo pueden
contribuir a su vida y a la de la pareja con relaciones tristes y pobres en toda la
multiplicidad de aspectos positivos mencionados anteriormente y que la sexualidad
conlleva. En consecuencia los estudios sobre Inteligencia Sexual, refieren que las
personas que no han desarrollado este aspecto de acuerdo (Conrad y Milburn,
2002,) corren un mayor riesgo de caer en violencia sexual, sean estos los causantes
o las víctimas, se pueden desencadenar conductas de promiscuidad o la adicción
sexual, mismos que a la vez ocasionan prácticas sexuales riesgosas como las ITS,
embarazos no deseados , incluso pueden llegar a perder el deseo sexual e incluso a
prescindir totalmente de la sexualidad. Por ende, cuando las personas no le dan el
suficiente valor a su sexualidad y no están dispuestas a aprender, perjudican
considerablemente a la pareja, la imponen y condenan a unas carencias que en
realidad se pueden mejorar y multiplicar. Por otra parte, los mismos autores Conrad
y Milburn, refiere que la inteligencia sexual se compone de tres pilares
fundamentales que son: consciencia del Yo sexual secreto, el conocimiento
científico sobre sexualidad y la capacidad de conexión con otras personas. El
primero de dichos pilares guarda relación con la siguiente variable a abordar, la
autoestima pues Conrad y Milburn (2002) consideran que quienes son inteligentes
sexualmente “comprenden su yo sexual secreto, el patrón de los deseos,