expresión a finales de la década de 1990 y principios de la década del año 2000,
promovido por la gran crisis económica que existió para la época, y cuyo destino
fue principalmente a España, Estados Unidos e Italia, en ese orden. A mediados
de la década del 2000, se puede apreciar que el proceso migratorio se
desacelera y comienza un flujo constante de ecuatorianos saliendo del país, pero
que atiende a visitas de los familiares que se encuentran en el exterior (Jokisch,
2014).
En lo que respecta a la emigración ecuatoriana antes de la década de los 60s.,
no fue significativa, se registra un grupo pequeño de personas hacia Venezuela
y hacia los Estados Unidos en décadas anteriores. Durante los años 70s.
persistió una migración de ecuatorianos hacia los Estados Unidos, que utilizaban
en su mayoría la ruta clandestina para llegar a su destino, pasando por
Centroamérica y México. Para ese entonces la economía de Venezuela era
pujante y caracterizada por la economía petrolera lo que motivó a algunos
ecuatorianos a migrar hacia ese país.
En esta misma década Ecuador tuvo un crecimiento económico y una mejora
en las condiciones de vida, razón por la cual se presume que incidió en una
disminución de migrantes ecuatorianos. No es sino hasta principios de la década
de los 80s, cuando se origina la crisis por la disminución de los precios
petroleros, lo que trae consecuencias muy negativas para la población que se
enfrenta a procesos inflacionarios considerables y a una dramática reducción de
salarios, lo que para los años 90s, se tornó en una situación poco sostenible.
Esta crisis genera situaciones de gran incertidumbre que llevan a los
migrantes a tomar el camino de la falsificación de documentos para poder
trasladarse a otras latitudes como Nueva York, Chicago, Miami, Los Ángeles y
Minneapolis. “Los ecuatorianos, varones, solían trabajar en restaurantes
mientras muchas mujeres trabajaban en maquilas o limpiaban oficinas en
edificios. Por decreto en "The Immigration and Reform Control Act" de 1986, a
16.292 ecuatorianos se les otorgó su residencia permanente legal, muchos de
ellos han usado esta condición legal para patrocinar a sus familiares” (Jokisch,
2014).
La segunda crisis económica ecuatoriana a finales de los 90s, producto de la
baja de los precios petroleros, la inestabilidad política y a una mala gestión
financiera, fueron las causas de una devaluación del sucre, la moneda de curso
legal para ese entonces, en conjunto con un aumento del desempleo e índices
de pobreza, lo que originó el colapso económico total. Esta crisis dio origen a la
segunda ola más importante de migración ecuatoriana. La respuesta al éxodo
masivo que tuvo un impacto relevante en la migración de ecuatorianos hacia
España originó de parte de este país una respuesta para frenar el flujo de
inmigrantes no autorizados, a través de la “Ley de Derechos y Libertados de los
Extranjeros en España y su Integración (Gobierno de España, 2000).
Asimismo, para enero del año 2001, Ecuador y España firmaron un acuerdo
bilateral que otorgaba visas de trabajo legal a casi 25,000 ecuatorianos no
autorizados. Ya a partir del año 2003, España comienza a exigir a los
ecuatorianos la obtención de la visa, lo que como medida funcionó para acabar
con la clandestinidad que se manejaba para la época. Finalmente para el año
2005, legalizó a partir de ley de regularización (Real Decreto 2393/2004) a casi
200,000 ecuatorianos y ya para el año 2009, se iniciaron programas que