Marzo 2018 (Especial)
Vol. 2, No. 4
ISSN 2602-8247
http://retosdelacienciaec.com
mcrevistas@gmail.com
LOS ROLES DEL DOCENTE UNIVERSITARIO EN LA
ACTUALIDAD
THE ROLES OF THE UNIVERSITY TEACHER TODAY
Edwin Vinicio Lozano
1
Grace Angelica Larrea Lagla
2
Recibido: 2018-01-15 / Revisado: 2018-02-05 / Aceptado: 2018-03-05 / Publicado: 2018-03-31
RESUMEN
El docente universitario debe ser un profesional debidamente capacitado, en
permanente actualización y ante todo un verdadero ser humano. Las
instituciones de educación superior deben estar al servicio del pueblo,
evidenciando en todas sus actuaciones el cumplimiento de sus funciones
sustantivas: la academia, la investigación y la vinculación con la sociedad. Los
retos a asumir con el paso apresurado del tiempo en los ámbitos científico y
tecnológico son impredecibles y ello demanda replanteamientos en los diseños
curriculares. Por ello, los procesos investigativos, la organización del
aprendizaje y el trabajo con la sociedad deben articularse para aportar en la
solución de problemas a nivel local y global. La responsabilidad social de las
instituciones de educación superior debe reflejarse en la formación ética y
profesional de los seres humanos al servicio de la colectividad en un
determinado momento histórico.
Palabras clave: universidad, academia, investigación, vinculación,
responsabilidad social.
ABSTRACT
The university teacher must be a properly trained professional, constantly
updated and above all a true human being. Higher education institutions must
be at the service of the people, evidencing in all their actions the fulfillment of
their substantive functions: the academy, research and links with society. The
challenges to assume with the hasty passage of time in the scientific and
technological fields are unpredictable and this demands rethinking in the
curricular designs. For that, research processes, the organization of learning
and working with society must be articulated to contribute to the solution of local
and global problems. The social responsibility of higher education institutions
1
Magíster en Docencia Universitaria y Administración Educativa, Docente Titular en la Universidad
Central del Ecuador, Ecuador. E-mail: edwinvlozano@yahoo.com
2
Magíster en Desarrollo de la Inteligencia, Docente en la Unidad Educativa Municipal Eugenio Espejo. E-
mail: gracelarrea@hotmail.es
Forma sugerida de citar: Lozano, E. V. y Larrea-Lagla, G. A. (2018). Los roles del docente universitario
en la actualidad. Retos de la Ciencia, 2(4), pp. 26-31.
Edwin Vinicio Lozano / Grace Angélica Larrea Lagla
must be reflected in the ethical and professional training of human beings at the
service of the community at a certain historical moment.
Keywords: university, academy, research, linking, social responsibility
INTRODUCCIÓN
La educación en el mundo se organiza por niveles, siendo el nivel superior
de gran importancia, la educación tiene como objetivo la formación de
capacidades y actitudes de los individuos para su integración a la sociedad. La
educación superior según Ibáñez (1994) es “la formación de profesionales
competentes; individuos que resuelvan creativamente, es decir, de manera
novedosa, eficiente y eficaz, problemas sociales”. Este nivel educativo hace
varios años ha sido motivo de presiones del Estado, del mercado y de la
sociedad. Frente a los diferentes cuestionamientos resulta interesante que los
actores universitarios involucrados en su cotidiano accionar reflejen el
verdadero rol de la institución de una manera clara y objetiva. En el presente
artículo se presenta la real valía del quehacer de la institución universitaria al
servicio del pueblo, resaltando sus funciones sustantivas: la academia, la
investigación y la vinculación con la sociedad.
DESARROLLO
La educación superior frente a los retos planteados por la globalización y el
avance científico y tecnológico debe redefinir muchas de sus tareas
fundamentales, en especial aquellas que se relacionen con las necesidades de
la sociedad en materia de docencia, investigación y vinculación. Las tareas
universitarias deben aunar esfuerzos para elevar la formación académica,
investigativa y de vinculación social, lo cual contribuirá a una mejor formación
de los profesionales. En esta década las universidades se plantean cambios
permanentes y rápidos ante los desafíos de un mundo en constante
transformación. Los procesos académicos se sustentan en la implementación
de cambios organizacionales para flexibilizar, simplificar y elevar la calidad de
la gestión institucional, vinculándose más con su entorno e interesándose
mayormente en garantizar la calidad y la pertinencia social de sus programas y
servicios.
La educación superior ha contribuido de manera permanente al desarrollo de
los países, mediante la generación de actividades que tienden a fortalecer la
identidad y armonía nacional, la construcción del conocimiento, la difusión de
las manifestaciones culturales, y se constituye en un motor de modernización.
Algunas universidades de tendencia tradicional han centrado su accionar en la
formación de élites académicas que respondan a necesidades de grupos de
poder exclusivamente. En los últimos años, los centros de educación superior
buscan articular la enseñanza con investigación, en un proceso permanente.
Los procesos investigativos, la organización del aprendizaje, la formación de
futuras generaciones necesita de procesos autónomos, que se reflejen en
libertad de pensamientos a nivel individual y social. Para ello es importante
articular estos elementos a través de la investigación, la misma que según
(Arias, 1974) se considera como “una serie de métodos para resolver
problemas cuyas soluciones necesitan ser obtenidas a través de una serie de
www.retosdelaciencia.com
Revista Científica Retos de la Ciencia. 2(4), pp. 26-31
28
operaciones lógicas, tomando como punto de partida datos objetivos". Así, la
función de formar profesionales para satisfacer las necesidades de un mercado
determinado, que necesita niveles educativos formales avanzados debe darse
a través de una planificación didáctica coherente y pertinente.
El ser humano en formación universitaria debe potenciar sus fortalezas y
para ello es necesario considerar el capital cultural en sus diferentes formas, a
decir de Bourdieu (1979) “capital cultural puede existir bajo tres formas: en el
estado incorporado, en el estado objetivado y en el estado institucionalizado”.
Es decir, bajo la forma de disposiciones duraderas del organismo; bajo la forma
de bienes culturales, cuadros, libros, diccionarios, instrumentos, maquinaria, los
cuales son la huella o la realización de teorías o de críticas a dichas teorías, y
de problemáticas, etc., y finalmente como forma de objetivación muy particular,
porque tal como se puede ver con el título escolar, confiere al capital cultural
que supuestamente debe de garantizar las propiedades totalmente originales.
El profesional que se forma en los centros de educación superior debe
fortalecer su esencia, su organicidad para disponer de vitalidad física que le
permite cumplir agendas intensas de trabajo, así como estar dispuesto a
revisar, analizar, escribir y crear conocimientos en sus diferentes
manifestaciones para en la práctica cotidiana validar con acciones afirmativas
el título obtenido.
Las instituciones de educación superior en la actualidad deben superar la
creación, transmisión y conservación del conocimiento y complementarlas con
otras importantes actividades: la extensión de la educación superior a otros
estratos sociales mediante su democratización y masificación; la creación y
difusión del conocimiento científico, la codificación y conservación de prácticas
culturales. Se debe crear oportunidades para nuevas investigaciones que
contribuyan en la concienciación de los profesionales y así generar alternativas
de solución a las problemáticas abordadas. A decir de la globalización según
Mittelman (1996) es “una fusión de procesos transnacionales y estructuras
domésticas que permiten que la economía, la política, la cultura y la ideología
de un país penetre en otro. La globalización es inducida por el mercado, no es
un proceso guiado por la política”, por lo tanto las universidades deben
responder eficientemente a retos globales sin descuidar la esencia nacional.
Las actividades que el hombre cumple en la universidad debe realizarlas con
compromiso ético y político propio de los seres humanos que buscan una
verdadera transformación social. Para ello es importante reflexionar sobre lo
que Tranier (2009) escribe en el artículo educación para la ética de las
verdades “el poder de lo político es el poder que tiene el individuo de tomar
conciencia del lugar que ocupa en la sociedad donde vive y de ejercer un poder
real sobre esta. Ese poder está en relación con su acto social, con sus diversas
actividades y, de manera privilegiada, con la actividad profesional”. Todos los
seres humanos que cumplimos con una actividad profesional relacionada con
la educación superior tenemos la obligación de cumplir eficientemente nuestra
labor ya que la misma tendrá gran repercusión en la sociedad durante la época
histórica que transitemos. Somos los convocados a trabajar por cambios
conceptuales y prácticos que mejoren las condiciones de vida de nuestro
entorno inmediato.
La formación a nivel universitario plantea el debate en cuestiones que
afectan a conceptos como ciudadanía, ética, moral y valores. Para ello, desde
diversas perspectivas conceptuales socioeducativas se incluyen, de una forma
Edwin Vinicio Lozano / Grace Angélica Larrea Lagla
u otra, consideraciones de la ciudadanía y de la ética como partes de todo
proceso formativo actual y futuro. La concepción de ética manifestada por
Angulo (2008) es “la reflexión y sistematización filosófica sobre la moral”. Por
ello los grupos sociales inmersos en procesos globales, que practican
tecnologías de la información innovadoras y con retos actuales y prospectivos
de avanzada, que acogen a ciudadanos universales y por ende intercambian
diferentes culturas, religiones y costumbres, requieren de ciudadanos formados
éticamente, con pensamientos abiertos al respeto individual y colectivo, a
como la disposición para emprender trabajos a nivel local, regional y mundial.
La universidad ha contribuido en la formación de profesionales y
especialistas en múltiples áreas del conocimiento. Actualmente debe reforzar
su rol en la consolidación de ciudadanos, responsables, comprometidos
éticamente con la realidad social en la que se desenvuelven ya que de esa
manera estarán respondiendo a las demandas presentes y preparando a los
profesionales a demostrar proactividad con el advenimiento del futuro. Las
instituciones educativas superiores deben garantizar responsabilidad con la
sociedad civil y el estado. El estado conceptualizado como “el orden jurídico o
expresión de su unidad, la teoría del estado es posible como teoría del
derecho, es decir como teoría de la norma jurídica, y en este sentido, como
disciplina normativa” Kelsen (1998). Profesionales que en su accionar cotidiano
evidencien relaciones personales y profesionales que aporten cambios
relevantes en la sociedad.
Las universidades en la actualidad deben comprometer que sus fines
reflejen coherencia con planteamientos estratégicos, que planteen cambios
profundos en sus modelos de organización académica para entretejer de
manera efectiva la academia, investigación y vinculación social. Alternativas
que mejoren el quehacer universitario, concretando transformaciones en las
prácticas académicas, administrativas y de gestión para contribuir en la calidad
de los procesos de actualización institucional. La Universidad es una institución
social que se involucra de modo muy activo en el desarrollo económico, social
y cultural de la sociedad. Para dar cumplimiento a este encargo social, debe
trabajar por la preservación, desarrollo y promoción de la cultura, concebidas
como funciones que se concretan en la ejecución de los procesos
universitarios.
La responsabilidad social de la universidad debe estar acorde al momento
histórico, para ello es interesante considerar lo manifestado por Gimeno (1999)
“reflexionar sobre el presente resulta imposible sin acudir al pasado, pues en
éste encontró su nacimiento el tiempo que vivimos. Hacerlo sobre el futuro
también es imposible sin referirse al pasado y al presente, puesto que desde
estos cimientos se construyen las líneas maestras de lo que está por venir”.
Así, las funciones de la universidad con el paso del tiempo han respondido
acordes a los modelos políticos del estado establecidos en cada una las
regiones y países.
El rol de la Universidad en el siglo XXI a más de sus funciones primordiales
que son academia, investigación y vinculación con la sociedad, debe
considerar el tratamiento de la economía inmaterial que se basa en los
conocimientos y competencias del hombre, así como propender a que todos los
seres humanos disfruten, en igualdad de oportunidades, de todo lo que es
capaz de crear y desarrollar la Humanidad. La universidad debe tener como su
www.retosdelaciencia.com
Revista Científica Retos de la Ciencia. 2(4), pp. 26-31
30
sujeto de prioridad, la búsqueda de nuevos modelos socio-económicos que
faciliten la satisfacción de las necesidades de todos sus pobladores, en
igualdad de oportunidades. El desarrollo individual es un logro importante del
ser humano en los últimos tiempos. El hombre genera su propia individualidad
y, con ello, desarrolla sus potencialidades y habilidades, las mismas que las
pone al servicio propio y de la sociedad.
CONCLUSIONES
En la actualidad resulta oportuno, plantear la relación entre la Universidad y
la Sociedad, pues de esta manera se puede evidenciar que la Universidad tiene
una función social, que influye y transforma su entorno, es decir, es un
auténtico factor de transformación social, y por lo tanto, según sea el fin que se
proponga, ayudará a construir una sociedad con determinadas características.
La Extensión es la función que cumple la universidad con el medio externo. Se
apoya en la docencia y la investigación para el diseño y desarrollo de proyectos
que articulen los conocimientos científicos y técnicos con los saberes y
experiencias del entorno. En este proceso la universidad reconoce
características, cultura, potencialidades, necesidades y demandas del medio
externo, así podrá estar dispuesta a abrir múltiples y flexibles formas de
interacción con los sectores sociales, con los gobiernos locales y nacionales,
con los organismos no gubernamentales, con las organizaciones populares y
con el sector productivo.
La universidad debe propender a la creación de modelos alternativos de
desarrollo que acorten las distancias entre el individuo y su sociedad y no
solamente constituirse en la institución que provee medios materiales y
tecnológicos para facilitar el estilo de vida y optimizar tiempos. La universidad
debe asegurar que todo lo que ello produzca esté al alcance de todos los
individuos de la sociedad y lo más importante, en igualdad de condiciones.
La Universidad debe contribuir a la solución de los problemas críticos que
aquejan a la sociedad y ellos deben percibirse a través de la identificación de
necesidades sociales, económicas, políticas y asistenciales que son poco
satisfechas, a través de las acciones que se realizan y que requieren
soluciones. Por otra parte, la universidad requiere estar a tono con los nuevos
tiempos, es decir, definir la visión integral de sus funciones académicas:
docencia, investigación y extensión sobre un nuevo paradigma, a partir de una
comunicación oportuna, como eje transformador que le permita, a través de la
creación y difusión del conocimiento, lograr la correspondencia entre lo que la
sociedad demanda y la coherencia interna que debe reinar en la universidad.
La labor docente a nivel universitario representa un compromiso y una
responsabilidad de gran valía, que debemos asumirla con una actitud de
mejoramiento permanente, con proyección de servicio al pueblo, teniendo
presente lo que Levinas (1993) expresa “la conciencia se dirige a un fin, a un
término, a un dato, a un mundo. El conocimiento es intencionalidad: acto y
voluntad”. Por lo tanto, cumpliendo eficientemente el desarrollo académico,
realizando nuevos e innovadores proyectos de investigación debemos aportar
significativamente a las grandes transformaciones que la sociedad requiere en
función de lograr un verdadero bienestar personal, familiar y social.
Edwin Vinicio Lozano / Grace Angélica Larrea Lagla
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Angulo, Y. (2008). Ética y valores. México DF. Santillana.
Arias, F. (2006). El proyecto de investigación. Episteme Caracas.
Bourdieu, P. (1979). Los tres estados del capital cultural”. Sociológica, UAM-
Azcapotzalco, México.
Gimeno, J. y otros (1999). La educación en el siglo XXI: Los retos del futuro inmediato.
Editorial GRAÓ.
Ibáñez, B. (1994). Pedagogía y psicología interconductual. Revista Mexicana de
Análisis de la Conducta.
Kelsen, H. (1998). Teoría pura del derecho. UNAM. México.
Levinas, E. (1993). Entre nosotros: ensayos para pensar en otro. Ed. Paidos. Buenos
Aires.
Mittelman, J. (1996). Globalización: reflexión crítica. Lynne Rienner. USA.
Tranier, J. (2009). Educación para la ética de las verdades. Revista Utopía. Popayán.